Pablo no estará en el bautismo de su hijo

Pablo no estará en el bautismo de su hijo

El pequeño Lisandro, su primogénito de cuatro meses, iba a ser ungido hoy.

A MITAD DE CAMINO. Pablo comenzaba una nueva etapa de su vida. FOTO TOMADA DE FACEBOOOK A MITAD DE CAMINO. Pablo comenzaba una nueva etapa de su vida. FOTO TOMADA DE FACEBOOOK
Había vuelto de trabajar cuando recibió la visita de su hermano Juan José. Ahí se interiorizó de los últimos acontecimientos de la disputa que se mantenía con el grupo que lidera Daniel Ruiz. Conocedor de la popular desde muy pequeño, se subió a la moto para acompañar a los suyos. Pero cuando llegó a la casa del "Zurdo" recibió un balazo en el pecho que pocos minutos más tarde le costaría la vida. Pablo Alejandro Juárez tenía 20 años y soñaba con ser futbolista profesional. Sus inicios en las divisiones inferiores de Rosario Central habían alimentado su ilusión, aunque lo habían alejado de su casa. Igual, el destierro conocía sus pausas, y siempre que él volvía de visitas aprovechaba para reencontrarse con sus amigos de La Banda de la Plaza y alentar al "león". De regreso en la provincia, pasó por San Martín, donde jugó hasta la Sexta división. Luego ficharía en Atlético Concepción, el club de sus amores.

Este año decidió abandonar las prácticas porque la vida le dio un motivo más que valedero para reorganizar sus prioridades: el nacimiento de su primer hijo, Lisandro, que con cuatro meses iba a ser bautizado hoy.

Entre los muchos planes de Pablo figuraba el de abandonar la casa de sus padres para así formar su propia familia. Desde hacía unos meses trabajaba para una empresa que prestaba servicios en el Ingenio Concepción. "Dejó el fútbol para dedicarse a trabajar y así poder mudarse con su novia. Era un chico alegre, con muchos amigos", recordó un familiar entre lágrimas. El dolor es demasiado grande en su entorno.

La muerte de "Tormenta", como le decían sus conocidos, provocó que decenas de jóvenes lo homenajearan poniendo su foto en Facebook y dedicándole algunas palabras. Todos coincidieron en el inesperado desenlace de una historia contada a medias por sus protagonistas y en el desasosiego por la pérdida de un ser querido. Incluso, muchos hinchas cambiaron sus fotos de perfil por un escudo del Atlético Concepción con una cinta de luto.

Ahora ya nada será igual en la tribuna de la calle 9 de Julio, donde suelen instalarse los hinchas locales en el estadio José María Paz. La guerra entre barras de los "leones" se cobró la primera vida. Desde los organismos de seguridad deberán estar alertas para que esto no se repita.

En su velatorio, a metros del Ingenio Concepción y a tan sólo cinco cuadras del lugar del asesinato, estuvieron varios integrantes del plantel de los "leones" y los referentes de las distintas facciones de la barra de los bandeños.

Los grupos antagónicos se juraron venganza, y la noche del jueves dejaron en claro qué es lo que son capaces de hacer. Nadie a ciencia cierta puede decir cuándo terminará.

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