Seis lugares imprescindibles en tu peregrinación

Seis lugares imprescindibles en tu peregrinación

Israel atesora, en su pequeño territorio, varios sitios sagrados de las religiones católica, judía e islámica que atraen a miles de turistas y promesantes.

UNA EXPERIENCIA ESTREMECEDORA. El lugar irradia una energía que la sienten todos por igual. LA GACETA / FOTOS DE JORGE ÁLVAREZ UNA EXPERIENCIA ESTREMECEDORA. El lugar irradia una energía que la sienten todos por igual. LA GACETA / FOTOS DE JORGE ÁLVAREZ
Ante los ojos de quienes visitan Israel se abre un abanico de posibilidades. El pequeño país atesora en su suelo muchos de los sitios sagrados para las religiones católica, judía e islámica. La mayor parte del año sus ciudades son invadidas por turistas de diferentes credos que llegan en peregrinación o por curiosidad histórica y cultural. No importa la religión que se profese, ni si se es creyente o no; hay que darse tiempo para recorrer esos lugares que albergan una parte muy importante de la vida espiritual de la mayoría de los habitantes del planeta.

Visitar la Iglesia del Santo Sepulcro es una de las experiencias más emocionantes que pueden vivirse en Jerusalén. Desde las primeras horas de la mañana se aprecia el desfile incesante de visitantes, que no pueden escapar del magnetismo que irradia el Santo Sepulcro. De rodillas, con las manos sobre la piedra, la gente ora un momento. Lágrimas, pedidos y agradecimientos se escuchan en varios idiomas. Allí se encuentran tres de los lugares más sagrados para las religiones cristiana: la Piedra del Ungimiento, el Monte Calvario, y el Santo Sepulcro.

Una sensación similar experimentan quienes visitan el Muro de los Lamentos, la única pared original del antiguo templo de Jerusalén que sobrevivió a la destrucción de las legiones del emperador romano Tito. Los judíos afirman que el muro no cayó en virtud de una promesa hecha por Dios, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del templo como un símbolo de su alianza perpetua con el pueblo judío.

La Cúpula de la Roca o la Mezquita de Omán es un lugar sagrado tanto para los judíos como para los musulmanes. Los musulmanes creen que la roca que se encuentra en el centro de la mezquita es el punto desde el cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Alá, en compañía del arcángel Gabriel. Los judíos afirman que ese lugar fue donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac por orden de Yahveh. Desde las afueras de la mezquita se puede apreciar el Monte de los Olivos, donde siempre corre una suave brisa. Llevados por la fe o por el interés cultural, en Jerusalén los visitantes toman contacto con sitios imperdibles de la espiritualidad humana milenaria.

El Río jordán
Rememora el bautismo de Jesús

Al lugar asisten quienes quieren repetir los pasos dados por Jesús, quien fue bautizado por Juan el Bautista. Sacerdotes católicos repiten la ceremonia a diario con los creyentes.

La mezquita de la roca
Desde donde se elevó mahoma al cielo

La Mezquita de Omar (o de Omán) o Cúpula de la Roca es un lugar sagrado tanto para judíos como para musulmanes, aunque solo estos últimos pueden entrar. El brillo del domo es increíble.

El santo sepulcro
Una experiencia estremecedora

No importa qué religión se profese. Ni siquiera si se es ateo. El lugar irradia una particular energía que sienten todos por igual. Los peregrinos y turistas en general pueden acercarse a ver la piedra donde, se supone, fue colocado el cuerpo de Jesús tras la crucifixión. Y allí resucitó, según cuentan los Evangelios. El lugar está bajo la custodia de la orden de los franciscanos desde el año 1347.

La iglesia del Padre Nuestro 
La universalidad de la oración

En el Monte de los Olivos y muy cerca del lugar de la Ascensión, se encuentra la gruta y Basílica Pater Noster, donde según la tradición Jesús enseñó a rezar el Padre Nuestro. En sus muros se lee, en todos los idiomas, la oración donada por los fieles.

La vía dolorosa
La historia viva se renueva

Es el trayecto que cubrió Jesús con la cruz a cuestas rumbo a su crucifixión. El visitante repite las estaciones con un guía local, rezando, ante la mirada de los comerciantes que están a la puerta de sus negocios. Es transitada por peatones y vehículos.

El muro de los lamentos
Uno de los lugares sagrados

Allí el pueblo judío concurre a rezar sus plegarias, agradecer y pedir. Muchos dejan papelitos con sus pedidos en los huecos del muro.

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