Investigan una presunta cura milagrosa en Tucumán

Investigan una presunta cura milagrosa en Tucumán

Las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús están felices: la iglesia de Tucumán abrió un proceso canónico para investigar un presunto milagro a favor de una mujer tucumana que invocó a la "Sierva de Dios" Catalina de María Rodríguez, fundadora de la congregación. El arzobispo Alfredo Zecca confió su representación a un sacerdote salesiano experto en derecho canónico.

INICIO DEL PROCESO. El arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, firma el acta en virtud de la cual comenzarán las investigaciones. FOTOS GENTILEZA CONGREGACIóN HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZóN DE JESUS INICIO DEL PROCESO. El arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, firma el acta en virtud de la cual comenzarán las investigaciones. FOTOS GENTILEZA CONGREGACIóN HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZóN DE JESUS
Sacerdotes, religiosas y un reducido grupo de laicos, presenció con indisimulada alegría la apertura del proceso sobre un presunto milagro que ocurrió en Tucumán. La beneficiada es una mujer que invocó a la "Sierva de Dios" Catalina de María Rodríguez, fundadora de la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, y fallecida en 1896. Si se comprueba que se trató de un milagro, la religiosa podrá ser declarada "beata", es decir, un paso previo a la santidad.

La ceremonia, cargada de solemnidad, tuvo lugar en una de las salas del Arzobispado de Tucumán, el jueves, desde las 9. El canciller general, padre Darío Montero, dirigió el acto que estuvo presidido por el arzobispo, monseñor Alfredo Horacio Zecca. Allí estaban presentes: el delegado episcopal, a quien el arzobispo nombró en su representación para presidir el tribunal canónico, el sacerdote salesiano Dante Simón; el promotor de justicia padre Fernando Hugo Rodríguez; el perito médico, hermano José Molina; la notaria María Elena Cruz Prats de Iramain, secretaria y notaria del Tribunal Interdiocesano de Tucumán, y los notarios adjuntos, profesores Cecilia Teresa del Jesús Campos, Raquel Roxana Claro Pardo y Aldo Fabián Sánchez.

En silencio
Todos ellos formarán el equipo que llevará adelante la investigación del presunto milagro. El padre Simón pidió a LA GACETA y a todos los medios de comunicación que no se difunda el nombre de la persona beneficiada con el supuesto milagro. El objetivo de mantener el secreto es no entorpecer la investigación que llevará a cabo el cuerpo de peritos y notarios elegidos para la causa. Tampoco se podrá entrevistar a sus integrantes: todos deben actuar en silencio, hasta que se recauden las pruebas que serán enviadas a la Santa Sede para su aprobación.

"El proceso de canonización de cualquier fiel cristiano está compuesto de tres etapas: la primera es la de la heroicidad de las virtudes. Cuando muere un fiel cristiano con fama de santidad, la familia religiosa o el obispo diocesano ordenan que se instituya el proceso para estudiar la vida de la persona. Esto se inicia en la diócesis donde murió (en este caso fue en Córdoba). Luego se cierra la etapa aquí y se abre la romana", explicó el padre Simón.

Agregó que la Iglesia primero debe nombrar a la persona "Venerable"; luego, beata y finalmente, santa. Cada etapa lleva un estudio pormenorizado. La segunda y tercera necesitarán de la aprobación de dos milagros diferentes. "Lo que vamos a hacer ahora es recoger las pruebas del presunto milagro, interrogar a personas, pedir peritajes sobre lo que creamos conveniente, y cerrar con una ceremonia un poco más compleja que esta", prosiguió el padre.

En el Vaticano
Las pruebas se enviarán a la Santa Sede. Allí se verá si están conforme a legislación, y se emitirá un decreto de aprobación jurídica. Luego, pasará el caso a la junta médica. Si esta lo aprueba, llegará a la comisión de teólogos. Ellos analizarán si se hicieron las invocaciones de acuerdo con la doctrina de la Iglesia. Después, el caso pasará a los cardenales, que estudiarán lo que dijeron los médicos y los teólogos. Sólo si ellos lo aprueban, el caso llegará a manos del Santo Padre, quien aprobará el milagro, que dejará de ser "presunto". El Papa dirá cuándo y dónde se efectuará la ceremonia.

Tras las explicaciones se leyó el decreto, los designados hicieron una profesión de fe y juraron ante el arzobispo guardar secreto y fidelidad a la misión encomendada. También se firmó una acta.

Monseñor Zecca destacó la importancia de la ceremonia, no solo para las hermanas sino para toda la Iglesia. Recordó: "todos estamos llamados a la santidad. En la Fiesta de Todos los Santos me gusta incluir a todos, aunque no estén canonizados. ¡Cuántos santos hay que no se han canonizado porque nadie ha instruido el proceso pero Dios sabe leer sus corazones", remarcó.

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