Antes de que sea tarde

Antes de que sea tarde

Es la iglesia más antigua de Tucumán. Su interior alberga unas cuantas reliquias, como la mesa donde se firmó el acta de la independencia. El exterior exhibe su arquitectura neoclásica tardía, de filiación manierista, y la filigrana de sus rejas, todo es arte. El convento se distingue netamente porque desde la bulliciosa vereda de 25 de Mayo solo se aprecia la magnífica mampostería de ladrillo visto. Si al entrar en el templo el tiempo parece detenido, el convento es otro mundo. El parlante de la plaza y el ruido de los autos no se oyen. Brillan los pisos interminables y las galerías del claustro de dos plantas derraman sus arcos de ladrillo desnudo sobre el patio. Un palto es el árbol más viejo, y el más alto. Solo cuatro sacerdotes habitan ese espacio-tiempo único y semiabandonado. Es mucha historia y hay que apurar las etapas de restauración y puesta en valor antes de que se deteriore lo ya restaurado.

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