17 Abril 2012
La interventora del IPLA, Clara Esther Tapia, se refirió a la cuestionada clausura de la fiesta que se realizó el domingo en pasaje Díaz Vélez 560 y aseveró que los fiscalizadores del organismo no ejercieron ningún tipo de violencia durante el operativo.
"Hace un año y medio que estoy a cargo de esta administración y acompaño las recorridas nocturnas. Por eso puedo decir que, en general, son los fiscalizadores quienes son agredidos por los organizadores de las fiestas y no al revés como plantean en este caso", aseveró Tapia.
La funcionaria también se refirió a las denuncias que sostienen que durante este procedimiento hubo mujeres que resultaron golpeadas. Según afirmó, en muchas ocasiones son las mismas mujeres quienes insultan a los funcionarios públicos porque saben que no las pueden tocar.
"A nadie le gusta que le corten la fiesta pero nuestra función es hacer cumplir una ley que está en vigencia y que debe ser respetada. Esto no es represión, sino poner un límite", señaló Tapia. En este sentido puntualizó que, en reiteradas ocasiones, encuentran a menores consumiendo alcohol en los afters que clausuran y que esta actividad ilegal pone en riesgo a muchos jóvenes.
"Los dueños de boliches dicen que la solución es quitar el tope horario. Sin embargo, como sociedad deberíamos pensar hasta qué punto es suficiente salir a bailar y alcoholizarse", concluyó.
"Hace un año y medio que estoy a cargo de esta administración y acompaño las recorridas nocturnas. Por eso puedo decir que, en general, son los fiscalizadores quienes son agredidos por los organizadores de las fiestas y no al revés como plantean en este caso", aseveró Tapia.
La funcionaria también se refirió a las denuncias que sostienen que durante este procedimiento hubo mujeres que resultaron golpeadas. Según afirmó, en muchas ocasiones son las mismas mujeres quienes insultan a los funcionarios públicos porque saben que no las pueden tocar.
"A nadie le gusta que le corten la fiesta pero nuestra función es hacer cumplir una ley que está en vigencia y que debe ser respetada. Esto no es represión, sino poner un límite", señaló Tapia. En este sentido puntualizó que, en reiteradas ocasiones, encuentran a menores consumiendo alcohol en los afters que clausuran y que esta actividad ilegal pone en riesgo a muchos jóvenes.
"Los dueños de boliches dicen que la solución es quitar el tope horario. Sin embargo, como sociedad deberíamos pensar hasta qué punto es suficiente salir a bailar y alcoholizarse", concluyó.
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