Aunque la ciencia no la acepta, se expande la "gorgojoterapia"

Aunque la ciencia no la acepta, se expande la "gorgojoterapia"

Un hombre afirma que comió los bichos crudos y sanó de la psoriasis. La gente que sufre males incurables recibe esperanzada cualquier receta alternativa.

CONVENCIDO. Juan Carlos Ponce come gorgojos y afirma que eso lo mantiene libre de la psoriasis. CONVENCIDO. Juan Carlos Ponce come gorgojos y afirma que eso lo mantiene libre de la psoriasis.
13 Agosto 2003
Juan Carlos Ponce, un chofer de 50 años, residente en Ranchillos, llegó a LA GACETA y destapó un frasco con pan de salvado lleno de pequeños bichitos negros. "¿Los ve? Son gorgojos y gracias a ellos desapareció de mis codos, rodillas y de otras partes del cuerpo la cruel y diabólica psoriasis. Sí, créame, en sólo tres meses sané de esa maldita enfermedad de la piel que me hacía sufrir mucho. Hay que comerlos vivos... así...", explicó el hombre, al tiempo que comenzó a tragar con total naturalidad uno por uno y más de una docena de gorgojos.Ponce no presenta en su cara ni en su cuero cabelludo ningún rastro de haber sufrido alguna vez psoriasis. "Los remedios que debía usar para frenar esta enfermedad que, según los médicos, no tiene cura, son muy caros. Por eso no los compraba", comentó.

Los conoció en Bolivia
Al preguntársele quién le había dado la receta, el chofer contó que cuando vivía en Santa Cruz de la Sierra vio que muchos hombres comían estos mismos bichitos (que no eran alimentados con pan de salvado) para curarse de la impotencia sexual. y Parece que les hacía efecto, porque hacían largos tratamientos. "Eso fue en 1988 y ellos los llamaban dragones chinos. En el 99, cuando volví a Tucumán, una mujer que tenía estos gorgojos me dijo: si se anima a comerlos crudos, usted sanará de la psoriasis. Me regaló unos cuantos, yo armé mi propia colonia en un frasco de vidrio grande y empecé el tratamiento.. Primero lo hacía en forma irregular, y después me puse firme y a los tres meses me curé; y ¿sabe una cosa? no pienso dejarlo jamás en mi vida....", relató convencido Ponce ante LA GACETA.
La "escarabajomanía" en Argentina tuvo difusión internacional en una nota del diario "The Wall Street Journal". Allí el misionero Rubén Dieminger comenta que conoció en Oberá, en 1996, el tratamiento con los insectos llamados tenebrios -de la familia de los coleópteros- que, consumidos vivos, fortalecerían el sistema inmunológico. A partir de este testimonio se difundió mucho esta terapia de boca en boca y por Internet hay muchas discusiones entre los médicos, que comparan esta moda con el furor que en los años 80 generó la Crotoxina, sustancia que supuestamente servía para curar el cáncer.
Fabiana Brito de Lai contó que a su única hija, Magdalena, le diagnosticaron leucemia bifenotípica aguda a los 4 años (hoy tiene 8). En el Hospital de Niños completó las cuatro etapas de la quimioterapia y su hija se curó, aunque todos los meses la siguen controlando con una prueba de sangre. "Los médicos me advirtieron que la enfermedad puede volver, y que cuando regresa lo hace en forma más agresiva. Ella está bien, pero hace más de un año empecé a darle los gorgojos. Al principio tenía un poco de impresión, pero ahora ella sola me dice con picardía ?mamá, ahora sí que están ricos y crocantes...? No sé si curan, pero mi hija se alimenta mejor, está fortalecida, tiene buen humor y muchas energías, dijo.

Hasta 70 gorgojos
Según Ponce y Brito de Lai, se empieza comiendo un gorgojo y se va aumentando uno por día, hasta llegar a los 70 bichitos. Luego se inicia la escala descendente (se merma uno por día) hasta llegar a un gorgojo. Se descansa entre dos semanas y un mes y se reinicia la terapia.


"No tiene ningún asidero científico"

Al preguntársele al oncólogo tucumano Carlos Medina su opinión sobre esta especie de fiebre que afloró entre los argentinos por acudir a los gorgojos para tratar males incurables, el profesional fue tajante. "El uso de los gorgojos como terapia alternativa viene desde hace rato, pero no tiene ningún asidero científico; no existen estudios que avalen tal poder curativo. Está pasando lo mismo que ocurrió con la crotoxina. El doctor Juan Carlos Vidal fue cuestionado, lo llevaron a los EE.UU. para que investigue, pero hasta ahora no logró demostrar que el veneno de las víboras sea benéfico para alguna enfermedad..."
El doctor Medina recordó que hay muchísimos tratamientos oncológicos que son muy efectivos en casos de leucemia, de cáncer de testículo y de linfomas. "Hay gente que ha hecho un tratamiento sistemático, se comprobó científicamente que resultó eficaz. Y resulta que después, cuando se halla libre de la enfermedad, toma alguna medicación alternativa y asegura que con eso se curó, pero no es así", destacó el oncólogo.
Medina reiteró que en oncología y en la medicina en general, las curaciones o remisiones de algún mal deben demostrarse con resultados científicos y basados en la evidencia.

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