"La experiencia de una muerte muy joven se empareja con la devoción a estas figuras"

Una estampita, un pequeño altar o pintado sobre una pared, la figura de "San La Muerte" no es desconocida para los policías de Tucumán, que lo encuentran en los numerosos allanamientos que se realizan en la provincia. Incluso, comentan que algunos delincuentes llevan la imagen del santo pagano tatuada en la piel.

La figura volvió a ser noticia esta semana, luego que el conductor radial Ángel "Baby" Etchecopar recibiera una carta en la que lo amenazaban por haber matado a un delincuente que intentaba asaltarlo en su casa. El papel donde estaba escrita la misiva tenía adjuntada una estampita con una oración para "San La Muerte".

"Lo encontramos en diferentes modalidades cuando allanamos una casa en la que venden droga. Los delincuentes lo utilizan para pedir protección, para que la Policía no los descubra", contó el comisario Fabián Salvatore, jefe de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop).

Un monje encarcelado

El origen del mito de "San la Muerte" se remonta al año 1750, en Corrientes. Se cree que era un monje jesuita o franciscano que curaba a los aborígenes pobres del litoral argentino. Fue apresado en tiempos del Virreinato, encarcelado y su puerta sellada. Según cuenta la leyenda, al monje le pasaban comida por debajo de la puerta, hasta que un 15 de agosto abrieron la celda para entregarlo a la autoridad y atormentarlo, y sólo encontraron su esqueleto.

Dicen que levantó una mano y señaló a su principal acusador. Luego todos los que lo perseguían murieron, víctimas de misteriosas y repentinas enfermedades. La historia corrió de boca en boca, y su historia generó devotos.

El profesor Luis Bustillo, especialista en el tema, escribió en un libro que la veneración a "San La Muerte" se lleva a cabo sobre todo en Corrientes, Formosa, Chaco y Misiones, pero en los últimos años su figura creció en el ambiente delictivo, según cuentan los especialistas.

"En el caso de la delincuencia, está asociado como una protección para evitar la muerte", explicó Salvatore. Cuando los ladrones salen a la calle a robar, se encomiendan al santo, pidiéndoles regresar a casa. "Las imágenes suelen estar en las viviendas particulares, o eventualmente en una pequeña grutita en los patios, pero no hay santuarios a los que vayan especialmente a realizar ofrendas", explicó el segundo jefe de la Dirección General de Investigaciones, Humberto Ruezga.

Los policías contaron que la figura de "San La Muerte" está asociada a la del "Gauchito Gil", otro santo popular. "Los encontramos juntos, normalmente, en los allanamientos", dijo Ruezga. Griselda Barale, miembro de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Religión (ALER) manifestó que la adoración a estas figuras está asociada también a la cercanía con la muerte. "A partir de experiencias muy jóvenes con la muerte, se genera una conciencia muy emparentada con estas figuras. En un momento en que hemos conseguido que la vida se alargue tanto, los jóvenes excluidos tienen la clara conciencia de que su vida no va más allá de los 30. Por eso, ante la perspectiva de una vida larga, pero totalmente insatisfactoria, optan por una vida corta pero con muchas satisfacciones, encomendándose a San la Muerte", explicó Barale.

Los narcos

Esta situación, según la especialista, la pudo palpar en el último congreso de ALER, que se realizó en Jalapa, Veracruz, donde la violencia narco hizo añicos la sociedad. "En México está creciendo en devotos. El contacto con la muerte cotidiana que llevan los narcos es tan terrible, que ha fortalecido mucho el culto a 'San La Muerte', sobre todo de los jóvenes. Y, en menor escala, en nuestro país está pasando lo mismo", expresó.