El silbato tendrá un sonido bien femenino

El silbato tendrá un sonido bien femenino

Laura Medina sabe donde se mete y se anima: será la primera mujer árbitro en Tucumán.

DE VOLEY TAMBIÉN. A Medina también le tira el deporte dónde se destacó el juez Juan Ángel Pereira, pero se decidió por la anaranjada, años atrás. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO DE VOLEY TAMBIÉN. A Medina también le tira el deporte dónde se destacó el juez Juan Ángel Pereira, pero se decidió por la anaranjada, años atrás. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
En un ámbito que -hasta ahora- sólo fue privativo para hombres, pretende sentar bandera y desterrar prejuicios. Laura Medina será la primera mujer que arbitrará en el basquetbol tucumano y está convencida de que podrá superar todas las barreras que, a priori, encontrará en el camino.

Con 28 años y sueños aún no cumplidos de ser bailarina, la chica nacida en Lastenia tiene otros hobbies: decorar interiores y manejar. "En mi otra vida, supongo que debo ser camionera", apostilla con un sonrisa pícara.

Una buena dosis de vocación y el impulso dado por un amigo la llevaron a inscribirse en dos cursos dictados en la Asociación Cruzalteña. El primero quedó inconcluso; en el segundo cargó las pilas y logró la licencia que la habilita para dirigir, de momento, en divisiones formativas. "Amo el básquet, lo jugué desde chiquita. Creo que desde los 10 u 11 años, en Lastenia, ya andaba picando la pelota. Mi amigo, ?El Nene? Salcedo siempre andaba haciendo amistosos y yo colaboraba. Él me enseñaba a jugar, junto con Carlos Ahumada. Hasta que un día me dijeron: ? a vos que te gusta tanto el básquet, ¿te animás a dirigir un amistoso?? Lo hice y me gustó. Me propuse ser la mejor árbitro posible y, ojalá, algún día pueda llegar ser nacional", describió.

Otro de los motores fue la admiración por Pablo Estévez. "Lo vi dirigir Liga Nacional y tiene una gran clase", acota. También resalta el nivel de quienes fueron sus instructores en el curso, Sebastián Gauna y Antonio Briseño, y expresa su reconocimiento hacia Carlos Inochea y Juan Grassi.

Medina conoce de antemano que entrará a formar parte del estamento más mal mirado del basquetbol vernáculo, pero no le asusta el desafío. "Sé de los riesgos que corro y que la imagen del básquet está prácticamente por el piso, pero me decidí porque me parece injusto criticar desde afuera. Soy de las que piensan que hay que hacer algo desde adentro y que se puede cambiar lo arbitral. ?Persevera y triunfarás? es mi lema preferido. Yo me animo a todo; en casa me apoyan porque saben que tengo carácter para emprender esta responsabilidad", dice.

Y si de obstáculos se trata, en un partido de veteranos que dirigió el año pasado, ya debió lidiar con un jugador bastante díscolo. "¿Viste que en veteranos son picantones los tíos? Uno, que parecía ser la estrellita del equipo, me decía ?cobrá esto, cobrá lo otro? a cada rato. En un momento insultó y mi compañero le cobró una técnica, le pido la pelota y él la arroja hacia atrás del tablero. Ahí nomás lo sanciono otra técnica y lo descalifico", reconstruye. Claro que el caso no quedó ahí. "Él estaba sacado y me mandó a lavar los platos: ?¿por qué no te quedás en tu casa??, dijo. Después pidió disculpas", afirma segura.

Seguidora incondicional, socia y dirigente de Social Lastenia, insiste que está lista para lo que vendrá. "De hecho, no puedo dirigir en la Cruzalteña. Voy a empezar en inferiores, claro? Después, me encantaría ir progresando y dirigir un Talleres-Alberdi".

Es el silbato final imaginario de esta nota con la chica que quiere contribuir a cambiar nuestro básquet, persuadida de que lo suyo no es una utopía y que ver dentro de la cancha dirigiendo a una mujer, pronto dejará de ser un rareza.

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