El bicampeonato, su mejor regalo

El bicampeonato, su mejor regalo

Talleres cumplió los vaticinios y liquidó la serie final en el segundo juego

ALMA DE CAMPEÓN. Carlos Fernández volvió a dar otra vuelta olímpica. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO ALMA DE CAMPEÓN. Carlos Fernández volvió a dar otra vuelta olímpica. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
07 Enero 2012
En la Noche de Reyes, ¿qué mejor regalo que el bicampeonato para Talleres? El obsequio más deseado por los "leones" llegó envuelto en otra victoria, esta por un margen más estrecho que la anterior (78-70), pero igualmente incontrastable. Ya en la confrontación de ida (97-61) había hecho gala de su condición de amplio favorito para retener el título frente a Belgrano, a priori impensado rival en las finales.

El otro pretendiente a la corona, avisado de las desventajas con las que arribaba al cruce decisivo (esencialmente en cuanto a la condición física y ritmo de competencia de cada plantilla), quiso evitar que se repitiera la paliza que soportó en el primer partido y recurrió -especialmente en el primer período- al juego friccionado para poner el duelo en un marco más equivalente.

Los roces y las asperezas -ante la permisividad del trío arbitral- generaron naturalmente un trámite de cotejo deslustrado, aunque siempre Talleres ejerció el control estratégico del juego y se mantuvo adelante en el cartel luminoso, a excepción del inicio del partido, cuando el "patriota" sacó una mínima luz en el tanteador (7-4).

Aun con un trabajo global de menor cuantía y jugadores sin la productividad del choque anterior (esta vez no fueron desequilibrantes Daniel Orresta ni Iván Julián), el equipo de Mario Vildoza manejó el desarrollo sin demasiadas complicaciones, y desde los albores del último cuarto, ya comenzaba a sentirse campeón.

En un torneo devaluado (incluyendo el abandono de cinco equipos en su transcurso) y en el contexto de una disciplina que requiere de cambios profundos para frenar su declive, la consagración de Talleres no admite reparos.

Llegó al bicampeonato refrendando una campaña, desde los números, admirable. Se mantuvo invicto en 14 partidos (su última derrota fue en la segunda fecha de la Zona Competencia, contra Tucumán BB, 78/80) y a lo largo del certamen consiguió una eficacia de 87,5%: ganó 35 de los 40 partidos que disputó. En play-offs barrió todas sus eliminatorias. Todo esto con un plantel que promedia 20,6 años de edad.

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