Un negocio familiar
17 Octubre 2011
El arresto domiciliario.- La prisión en el domicilio particular puede ser otorgado cuando un acusado o un condenado sufre una enfermedad incurable y se considera que es mejor que la transite en un lugar acorde con sus necesidades. En el caso de la mujer, se suele otorgar a aquellas que se encuentran embarazadas o que tienen hijos pequeños para criar.

Billetes de baja denominación.- En numerosos allanamientos, la Policía toma como una prueba irrefutable de que allí se vendía droga cuando encuentran mucho dinero en billetes de $ 2, $ 5 y $ 10. Al ser de baja denominación, se considera que fue producto de la venta de los estupefacientes, ya que los adictos compran las cantidades necesarias para cada consumo, por lo que se manejan con esos billetes.

Trinchetas, recortes y teléfonos celulares.- Otros de los elementos que es común que se secuestren en los operativos de drogas son pedazos de papel glacé, papel engomado (que sirven para armar cigarrillos), tijeras, trinchetas y ralladores. Esos son elementos que, según los especialistas, se utilizan para estirar la mercadería y luego armar las dosis que les venderán a los adictos. También es común que se secuestren teléfonos celulares, ya que según la Policía los vendedores de droga cambian constantemente de número para evitar ser rastreados.

Familias dealers.-
Cada vez son más las familias que se dedican al negocio de la droga. El propio gobernador José Alperovich reconoció que es un flagelo difícil de combatir, porque cuando un dealer es detenido, se hace cargo del negocio un hijo, tío, sobrino o algún otro familiar.

El último escalafón.- Los quioscos de drogas desbaratados como el de "La Bombilla" son pequeños negocios, que viven al día. Los especialistas afirman que, en la mayoría de estos casos, las viviendas son precarias, aunque algunas veces allanan domicilios que tienen electrodomésticos de última generación. Son el último eslabón de la cadena de distribución.

Bajos recursos.- La vocal del Tribunal Oral Federal, Alicia Noli, había manifestado la semana pasada a LA GACETA que la mayoría de las personas que se dedican a este negocio viven en barrios marginales. Ante la vulnerabilidad, los grandes traficantes encuentran en ellos a los mejores socios para exponerse a la venta final de la droga.

Investigación judicial.- La mayoría de los allanamientos son producto de una investigación que se realiza durante meses. El inicio de las mismas suele estar motivado por la denuncia de vecinos o de padres de adictos. En este caso, los allanamientos que terminaron con la detención de los hermanos "transas" fue iniciada luego de que un testigo que declaró en un juicio oral por venta de estupefacientes, señaló que en esa zona también se vendía droga. Por eso, los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Alicia Noli encomendaron al Juzgado Federal la pesquisa.

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