Parecía complicado, pero Messi lo hizo sencillo

Parecía complicado, pero Messi lo hizo sencillo

"Pulga" fue el conductor; Agüero y Di María marcaron los goles y la Selección se clasificó

DESPEJÓ EL CAMINO. Agüero marcó los dos primeros tantos y es el goleador de la Copa con tres conquistas. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA (ENVIADO ESPECIAL) DESPEJÓ EL CAMINO. Agüero marcó los dos primeros tantos y es el goleador de la Copa con tres conquistas. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA (ENVIADO ESPECIAL)
CÓRDOBA.- Un triunfo que vale muchísimo. Se espantó definitivamente el fantasma de la eliminación tempranera. Por más que el rival haya sido un Sub 21, Argentina se reencontró con el fútbol y con la gente. Ya instalados en cuartos de final, comienza un nuevo torneo para la Selección. Y lo hará fortalecido porque, después de muchas dudas, terminó la primera fase goleando y, por momentos, mostrando buen juego.

Argentina fue amo y señor del partido. Dominó de punta a punta, a pesar de que estrenó un nuevo esquema, pero mantuvo el sello que intenta imprimirle Sergio Batista.

Todo le salió redondito a la Selección. Tal como pretende el DT, especialmente en el complemento. El equipo manejó y trasladó la pelota hasta encontrar los espacios necesario para golpear a Costa Rica. No fue la noche perfecta porque falló la defensa. Las pocas situaciones de riesgo que tuvieron los "ticos" nacieron por errores de la última línea. Otro rival no le perdonará tantos regalos.

Argentina arrancó con todo. Ese nerviosismo lo traicionó a la hora de la definición. Los goles de Sergio Agüero llevaron tranquilidad y permitieron que el equipo se asentara y lograra una goleada indiscutida con el tanto de Ángel Di María.

Batista podrá dormir tranquilo. Todo le salió bien. Fernando Gago, en el primer tiempo, aportó calma a un equipo que estaba pasado de revoluciones. El "Kun" no desaprovechó la chance que le dieron y no sólo demostró que está pasando por un gran momento, sino que además se transformó en el goleador del torneo. ¿Y Lionel Messi? Después de haber sido silbado en Santa Fe, jugó como todos quieren. Desparramando rivales, asistiendo hasta el cansancio a los delanteros y no ahorró sacrificio para recuperar la pelota. De esta forma silenció a todos aquellos que lo cuestionaron estúpidamente.

Pero ojo, brilló porque Argentina volvió a jugar de manera colectiva. Esto será fundamental para lo que está por venir, llámese Uruguay, Chile o Perú. Quizás no pueda contar con el lesionado Javier Mascherano y podría extrañar a Ezequiel Lavezzi -suspendido por haber sumado dos amarillas-, pero ya tiene la receta en sus manos con las que puede cocinar más alegrías.

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