Las orquestas populares invitan a la fiesta

Las orquestas populares invitan a la fiesta

04 Julio 2011
"Nunca pensé ser músico, y sigo trabajando como albañil. La orquesta me dio la oportunidad de hacer otras cosas, de conocer, y de ayudar a cambiar el entorno de mi barrio". El comentario de Jorge Fernández, hecho como al pasar, se repite con matices al charlar con los demás integrantes de la Orquesta Popular del Barrio Juan XXIII, de la que él es charanguista. Esta agrupación organiza el Encuentro Nacional de Orquestas Populares, que se desarrollará hoy y mañana en el Teatro Alberdi (Jujuy 99).

Jorge, junto con sus compañeros Ruth Soto y Marcos Brito, forman la comisión de prensa y difusión del grupo, creado como taller hace 18 años por la fundación Música Esperanza en el barrio popularmente conocido como La Bombilla. Desde hace casi tres años fueron incluidos en el programa nacional Orquestas del Bicentenario.

La idea de organizar este encuentro surgió el año pasado, cuando la orquesta que dirige Jorge Ruiz de Huidobro participó en el Julio Cultural.

"Tocamos junto a la Orquesta Chivo Valladares, del (centro de trabajo popular) Mate Cocido, y hubo tan buenas repercusiones que nos invitaron otra vez. Pero quisimos hacer algo más grande", contó Ruth, violinista que trabaja en un CAPS. Aquel concierto se tituló "Ronda de mate en bombilla".

A partir de allí se organizaron en distintos grupos de trabajo y no pararon durante un año. Pero en el transcurso adquirieron mucha más experiencia, actuaron en Buenos Aires y compartieron conciertos y vivencias con otras orquestas populares del país.

De ellos tres, Marcos es el integrante más antiguo del grupo, aunque es el más joven: tiene 16 años. Entró cuando era un taller de vientos andinos, y luego cambió por la guitarra. "Me conformo con tocar, y algún día quiero ser profesor como JulioAlcorta, que es bueno tocando y enseñando. Para eso estudio y practico en mi casa; voy a la escuela, pero cuando puedo me anoto en otros talleres, para saber más", contó.

La orquesta cuenta con siete profesores de instrumentos y dos asistentes. La integran más de 70 músicos de entre 8 y 74 años, aunque son 40 los miembros permanentes. Ellos van intercambiando roles con los que recién ingresan o están aprendiendo.

Todos encontraron su lugar en el mundo y ya no se sienten estigmatizados por el lugar en el que viven. "No nos molesta que le digan La Bombilla, y no todo es lo mismo. Hay diferencias, hay gente que trabaja y otra que no, hay gente buena y mala... como en cualquier otro barrio. Siempre hay algo positivo para ver, y la orquesta ayuda mucho a eso", remarcó Ruth.

"La orquesta, como la murga del barrio, el centro cultural, la escuela, el centro vecinal, los talleres del Comedor Don Bosco y otras cosas, están para ofrecer otro entorno, para alejar a los chicos de las malas influencias", reforzó Jorge.

Además, dijo Ruth, los padres de los chicos que participan están muy involucrados con la orquesta. "Se sacrifican mucho por el sueño de sus hijos, ahorran para los instrumentos, que son caros, y están siempre ayudando y acompañándonos a todos", destacó.

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