El amor familiar sostuvo a la "Negra" en situaciones difíciles

El amor familiar sostuvo a la "Negra" en situaciones difíciles

EL AFECTO COMPLICE. Mercedes junto a doña Ema y a sus hermanos Cacho y Chichí en la casa de Barrio Jardín, en diciembre de 1990. EL AFECTO COMPLICE. Mercedes junto a doña Ema y a sus hermanos Cacho y Chichí en la casa de Barrio Jardín, en diciembre de 1990.
05 Octubre 2009
El amor, en el abrazo largo de sus padres y de sus hermanos, abrió una huella en el corazón de Mercedes Sosa, que falleció ayer en Buenos Aires a los 74 años.
Ese afecto y en particular el de su madre, la sostuvo en los momentos más difíciles de su vida. "Mi mamá era todo. Muchas veces cuando mi papá se quedaba sin trabajo, ella salía al frente de la casa, planchando o lavando ropa para afuera. Ejercía un verdadero matriarcado", recordaba la "Negra".
Doña Ema del Carmen Girón había visto la luz en las inmediaciones del ingenio Concepción, el 14 de mayo de 1910. Se casó con Ernesto Quiterio Sosa, con quien tuvo cuatro hijos: Clara Rosa (murió a los 33 años), Haydée Mercedes, Orlando (Chichí) y Fernando (Cacho). Enviudó de don Tucho en 1972.
"Mi mamá dice que mi papá se olvidó mi nombre adrede cuando me fue a inscribir al Registro Civil. Y me puso Haydée Mercedes, en vez de Marta Mercedes. Mi mamá quería que de primer nombre yo me llamara Marta. Claro, como es lógico, en mi casa mandaba mi papá; pero claro, como es lógico, siempre se terminaba haciendo lo que quería mi mamá", cuenta la "Mecha" en el libro "Mercedes Sosa/La Negra" que hizo con el periodista y escritor mendocino Rodolfo Braceli.
Su hermano Chichí es el padre de Coqui y Claudio que se subieron muchas veces al escenario con su famosa tía, mientras Cacho, el peluquero, es el papá del ascendente cantor Adrián y de la periodista Mabel, "Maby" Sosa.
En la casa del pasaje Brandsen, en el corazón de Barrio Jardín, reinó durante cinco décadas la dulce presencia de doña Ema. El amor familiar se colaba por todos los rincones como el aroma calentito al pan recién amasado. "Siempre nos hemos tenido respeto mutuo. Mi mamá con mi ideología y yo con su religión, que es mi religión, en definitiva. Porque yo siempre he querido para los seres humanos lo que quiso Cristo: que la gente viva mejor, con respeto por sí misma, y decir no a los mercaderes. Yo hubiera querido tener más tranquilidad en mi vida personal porque ha estado llena de avatares, de homenajes y bofetadas. Nada es continuo en mi vida, ni la felicidad ni la desgracia", decía la "Negra en marzo de 2000, pocos días antes de que doña Ema entrara en el silencio a los 89 años.
"Nos enseñó a ser decentes, honestos. Era sencilla, alegre, muy católica y también peronista. Tenía mucha vida interior y cantaba en casa cuando éramos chicos. Con mi hermana tuvo siempre una relación muy fuerte", recordaba Cacho.
Las manos de doña Ema dejaron de ser pájaros en el aire el jueves 28 de abril de 2000. "Lo que me salvó de ser una persona amargada fue la unidad entre mi papá y mi mamá. En medio de tantas carencias, teníamos amor", reveló Mercedes.

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