"Fumé ?paco? sólo para probar y enseguida quedé atrapado"

"Fumé ?paco? sólo para probar y enseguida quedé atrapado"

Juan está bajo tratamiento en otra provincia.

04 Enero 2009

"Mi madre estaba desesperada. Una madrugada me siguió cuando iba a comprar drogas; se colgó de mis piernas. Yo me sentía perdido. La arrastré por una cuadra y escuchaba sus gritos, su llanto. Ella me pedía que por favor no me drogara más". Así comienza el relato de un joven de 24 años que desde hace cuatro meses se encuentra en tratamiento en una institución fuera de la provincia.
La imagen de su mamá aquella noche de agosto fue crucial para Juan (nombre ficticio), que entonces decidió luchar para recuperarse de sus adicciones. Probó casi todas las drogas. Pero no deja margen de duda cuando admite que fue el "paco" la sustancia que produjo en él la mayor adicción.
El silencio invade varias veces la comunicación telefónica. Hay intervalos de llanto y expresiones de profundo dolor en su voz entrecortada. "Ya no era la misma persona después del ?paco?. No puedo creer cómo lo dejé entrar en mi vida", relata con remordimiento. Es que el haber fumado este residuo de la cocaína casi le hace perder lo que más quiere: su familia.
"La primera vez que lo fumé lo hice para probar. Y enseguida quedé atrapado; es una sustancia muy adictiva", recuerda. Juan conseguía la droga muy cerca de su casa, en la Costanera (del lado de la Banda del Río Salí).

Regalo
"Cuando empezás, te lo regalan. Después, los ?transas? ven que te enganchaste y te lo empiezan a cobrar. Uno deja todo por la droga; yo vacié mi placard y después le robaba todo a mi mamá: desde los cubiertos hasta la ropa interior", cuenta. Además, señala que hace dos años, cuando él comenzó a consumir, la dosis de "paco" costaba $ 2, pero después fue incrementándose el valor y ahora sale $ 5.
Juan describe que el "paco" es muy diferente a otras drogas que él probó, como la marihuana y la cocaína. "El efecto dura segundos y necesitás consumir cada vez más. Nunca te sentís bien. Te quita el hambre, el sueño; te hace pensar nada más que en la droga", detalla.
El joven considera que el "paco" es la peor de las drogas porque provoca "un mambo intenso y violento". "La sensación de angustia que te causa cuando se termina el efecto es tremenda. Cuando llegué al tratamiento, los médicos me explicaron que esa sensación me impulsaba a no querer parar de fumar. Me enseñaron que es esto lo que genera una adicción casi instantánea y efectos devastadores para la salud como ninguna otra sustancia. Me arrepiento mucho de haber probado esta droga, pero estaba tan al alcance...", recuerda.
El joven, que tiene una hija de un año, comenzó a transitar el mundo de las drogas cuando era un adolescente. Abandonó sus estudios secundarios y tampoco tenía trabajo. Ahora, lejos de su casa y del infierno que estaba viviendo, asegura que se siente mejor. "Quiero volver a tener mi vida; quiero que mi bebé tenga un padre y recuperar a mi pareja", cuenta el muchacho. Aunque reconoce que será difícil retornar a su hogar: "todos mis amigos son consumidores, cada rincón de mi barrio y de mi casa me recuerdan a la droga".

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