Miles de chicos participaron en las propuestas artísticas del Centro Cultural

Miles de chicos participaron en las propuestas artísticas del Centro Cultural

Unas 800 personas bailaron en la calle, en el cierre del ciclo, durante un recital de la banda Gran Valor. La 25 de Mayo fue una gran pista de baile. Jornadas creativas y entretenidas. Teatro en espacios públicos.

DIBUJOS EN LA FACHADA. El artista plastico Semilla junto a los chicos del Frente de Liberación Imaginaria empapelaron el frente del Centro Cultural. LA GACETA / INES  QUINTEROS ORIO DIBUJOS EN LA FACHADA. El artista plastico Semilla junto a los chicos del Frente de Liberación Imaginaria empapelaron el frente del Centro Cultural. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
23 Julio 2007
La agitada calle 25 de Mayo se convirtió, el sábado a la noche, en una pista de baile, donde alrededor de 800 entusiastas asistentes se menearon con el reggae de Gran Valor, para despedir el ciclo "Virla Joven". Durante 11 días, el Centro Cultural de la UNT fue el eje de una serie de actividades artísticas y participativas que reunió a cientos de niños y jóvenes.
A los chicos que trastocaron la solemnidad del Virla haciéndolo su lugar, se sumaron los pequeños y los adultos que también se involucraron en alguna de las propuestas del ciclo que formó parte del Julio Cultural Universitario.

Payasadas
La fiesta del cierre tuvo un poco de todo. El festejo de despedida empezó poco antes de las 22, con una intervención de los chicos que participaron en el taller de teatro en espacios no convencionales, que dictó Sebastián Soberón. Los niños recorrieron la calle 25 de Mayo, y la llenaron de alegría. Luego, el grupo de clown, que dirige Agustina de Olano, hizo payasadas frente al escenario para que el público continuara la noche con una gran sonrisa.
Las pantallas proyectaron películas mudas de Carlitos Chaplin, o fotos de recitales publicadas en el suplemento de LA GACETA 4 AM, mientras Chapo pasaba buen reggae a modo de precalentamiento de lo que se venía con la big band tucumana (11 músicos en escena, porque faltó uno). El de la banda Gran Valor fue un show parejo, extenso y siempre enérgico y divertido.
Débora Prchal, directora del Virla, dirigió al público unas pocas pero emocionadas palabras, con agradecimientos y felicidad por el resultado del ciclo, que evaluó altamente positivo por el nivel de participación directa de los jóvenes, y no sólo como meros espectadores, sino como productores de arte o de propuestas variadas.
Por el Virla pasaron cientos de jóvenes que se sumaron a alguno de los siete talleres; unos 1.200 concurrieron a los recitales con peformances de pintura de Semilla Bucciarelli, y miles circularon por sus pasillos para ver la muestra o para escribir algo en el suplemento 4 AM, que tuvo un stand.
Fueron 11 días intensos, diferentes, creativos y divertidos.

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