El Cementerio del Oeste es otro atractivo turístico

El Cementerio del Oeste es otro atractivo turístico

Por las calles y las avenidas del campo santo pueden apreciarse mausoleos y panteones de las familias ilustres y de próceres tucumanos. Disminuyeron los entierros.

SUNTUOSO. El mausoleo de la familia De Innocentiis es uno de los más lujosos. Los ataúdes son de bronce. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO SUNTUOSO. El mausoleo de la familia De Innocentiis es uno de los más lujosos. Los ataúdes son de bronce. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
21 Julio 2006
Se asemeja a una ciudad. Tiene calles, una avenida principal y plazas. Las familias de alcurnia están ubicadas en el centro y, hacia los márgenes, el esplendor comienza a decaer. Pero en esta ciudad la vida palpita únicamente en los árboles, en los pájaros y en algún gato circunstancial que merodea entre las construcciones anacrónicas. Es que todos sus habitantes duermen desde hace años. En la mayor parte de las casi 3.000 tumbas del Cementerio del Oeste yacen personalidades que hicieron valiosos aportes al desarrollo de la provincia en los más diversos aspectos. Los monumentos imponentes que los cobijan son obras arquitectónicas que grafican los distintos estilos que caracterizaron las épocas en las que fueron levantados.
Tras cruzar el umbral por el que se ingresa al camposanto, el visitante se encuentra con el mausoleo del ex gobernador José María Silva, quien, en 1848, donó una porción de tierras para que se construya el cementerio. Este fue inaugurado en 1859, durante el gobierno de Marcos Paz. Actualmente, el predio tiene una superficie de 56.000 metros cuadrados y contiene 3.000 tumbas divididas en sepulturas, mausoleos, sotanitos, capillas y panteones.
A la sombra de los árboles, algunos de los mausoleos más imponentes se levantan a la vera de la avenida principal. Como una especie de corolario majestuoso de la calle adoquinada, los restos del ex gobernador Lucas Córdoba yacen al final del recorrido. Además de él, hay otros 21 ex mandatarios enterrados en el predio.
El mármol de Carrara, el granito italiano y las esculturas de Francisco Cafferata y de José Fioravanti reflejan el esplendor que generó en la provincia el auge de la industria azucarera a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. "Había una especie de competencia entre las familias adineradas para ver cuál era capaz de levantar el mausoleo más grande e impactante. Era una cuestión que determinaba la posición social de cada una", explicó Joaquín Suárez, auxiliar del cementerio.

Ataúdes de bronce
A pesar de que la mayoría de los monumentos fueron abandonados por los descendientes de quienes yacen en ellos, todavía es posible apreciar la majestuosidad de las obras. Un ejemplo de esto son los ataúdes de bronce que están dentro del mausoleo de la familia De Innocentiis.
Además de los mausoleos de ex gobernadores como Federico Helguera, Wenceslao Posse, Juan Manuel Terán y Benjamín Aráoz, están los de otras personalidades. Uno de ellos es la tumba de Lola Mora, que se encuentra en la avenida principal, adonde fue trasladada en 2000.
También está la de Benjamín Matienzo y la de Emidio Salvigni, quien peleó en las guerras napoleónicas y que fue edecán de Manuel Belgrano.

Creencias populares

Este cementerio no está rodeado por historias de fantasmas ni de aparecidos, pero las creencias populares no lo dejaron de lado. Todos los años, los fieles de la Virgen del Valle visitan el mausoleo de la familia Yriarte, que lo donó para que en su interior se pusiera una imagen de María.
Las sociedades Española, Italiana, Francesa, Húngara, el Hogar del Empleado y Agua y Energía poseen sus panteones. Algunos llegan a tener hasta cinco subsuelos que, lamentablemente, fueron inundados por las napas freáticas. "Es importante fijarse en los detalles ornamentales de los monumentos, que sirven como guía para adivinar el momento en el que fueron construidos. De todos modos, los estilos que predominan son el art-decó, el italizante y el moderno", informó la encargada del cementerio, Silvia Llave.
Cada vez son menos los entierros que se realizan en este predio y son pocos los deudos que dejan flores en las tumbas. Así, el Cementerio del Oeste va convirtiéndose en una ciudad donde el silencio, el pasado y los nombres relevantes transitan serenamente por sus calles y avenidas.