Origen de los terremotos
05 Octubre 2005
La teoría del "rebote elástico" establece que existen ciertas zonas preferenciales de la corteza terrestre donde se van acumulando lentamente grandes esfuerzos que son soportados por las rocas que la constituyen. Estos esfuerzos ocasionan en las rocas deformaciones elásticas cada vez mayores, hasta que se supera la resistencia de las mismas y se produce entonces una liberación casi instantánea de la energía acumulada a través del tiempo. El resultado de este mecanismo es la propagación de la energía liberada, en forma de ondas sísmicas.

Este modelo mecánico que explica el origen de los terremotos fue aceptado inmediatamente, pero quedó sin aclarar el por qué de la existencia de zonas preferenciales de concentración de esfuerzos. A partir de 1906 esta incógnita se aclaró con la nueva teoría de tectónica global.

Tectónica de placas o global
Debajo de los océanos se encuentran las Cordilleras o Dorsales Centro-Oceánicas, en las cuales se produce un intenso volcanismo no explosivo.

Como consecuencia de este proceso, el material incandescente, que asciende desde el manto superior, aflora en la superficie del fondo oceánico en la cima de dichas cordilleras, a través de una depresión central. El material magmático se expande sobre el piso oceánico donde se enfría y solidifica, empujando a la litosfera hacia ambos lados de la dorsal. Esto significa que las depresiones centrales de las Cordilleras Centro Oceánicas constituyen los lugares donde comienza la expansión de los fondos oceánicos.

Para mantener un equilibrio global es necesario que el aporte del nuevo material ascendente, que forma nueva litosfera, sea compensado con la desaparición por absorción de la misma cantidad de litosfera, en otras zonas. Esto se produce en las fosas marinas, donde la litosfera oceánica se sumerge debajo de la litosfera continental, definiendo una geometría particular, a la que se denomina Zona de Subducción. Dicha zona comienza en el contacto de las dos placas y culmina generalmente a grandes profundidades.

Como resultado final, la interpretación de la gran cantidad de información disponible en la actualidad se resume en la teoría de la tectónica de placas. La misma expresa que la unidad de comportamiento mecánico está constituida por la litosfera, que queda dividida en una serie de placas, siendo las seis más importantes por sus dimensiones la Pacífica, la Americana, la Euro-Asiática, la Indo-Australiana, la Africana y la Antártica.

Estas placas gigantes se complementan con otras de menores dimensiones, denominadas de Nazca, de Cocos, de las Filipinas, del Caribe, de Arabia, de Somalia y de Juan de Fuca.

A lo largo de las zonas de contacto de placas se generan grandes esfuerzos tectónicos que provocan las dislocaciones súbitas y violentas ya descriptas y, consecuentemente, la actividad sísmica. La mayor zona de contacto entre placas en el mundo es la llamada Cinturón de Fuego del Pacífico, a la que se le puede asociar el 90% de la sismicidad total del planeta.

Aquí han tenido lugar los mayores terremotos registrados instrumentalmente en este siglo (Chile 1960 y Alaska 1964); el 10% restante queda comprendido en la zona del Mediterráneo (entre Europa y África), algunas zonas de Asia y en las Dorsales Oceánicas. La mayor cantidad de sismos ocurre en los bordes o contactos de las placas y en general son los de mayor magnitud. La República Argentina se encuentra afectada por la convergencia de la placa de Nazca con la placa Sudamericana. (Fuente consultada: Inpres).

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