La ciudad es "un infierno", describió un tucumano

La ciudad es "un infierno", describió un tucumano

Dramático relato on line. El médico Diego López Osa contó que Nueva Orleáns "parece un campo de batalla". Muchos muertos a tiros.

HOUSTON. Voluntarios atienden a los refugiados en al astrodomo. HOUSTON. Voluntarios atienden a los refugiados en al astrodomo.
10 Septiembre 2005
Diego López Osa es un médico tucumano que vive hace tres años en Nueva Orleáns. y que ahora atiende a los damnificados en Houston, Texas. Para contar su experiencia a LA GACETA utilizó el Messenger de un vecino, con una conexión wireless (sin cable). Es el único medio de que disponen para comunicarse.
López Osa contó volvió ayer a Nueva Orleáns y constató que su casa -que compró hace unas semanas- se salvó de la inundación. Pero quedó sorprendido por todo lo otro que vio. "Es un infierno. Parece un campo de batalla", describió al diario, impresionado, por su único medio de comunicación. Según Diego, a quien la Universidad lo destinó a Houston para atender a los desplazados, la violencia que se desató en la ciudad cuando surgieron patotas y saqueadores dejó muchas más víctimas de las que uno puede imaginar. "En el Superdome -estadio de fútbol americano, donde había 20.000 refugiados-, las pandillas vendían droga y empezó una guerra entre ellos. Hay muchos muertos por eso también", remarcó.
Diego recordó lo difícil que fue para él y su familia salir de la ciudad, donde acechaba la muerte a manos de las patotas. "Tengo colegas que se quedaron encerrados en el hospital y se comunicaron por mensajes de texto con sus familias o amigos para que los fueran a rescatar en botes. La odisea fue salir con vida de esos lugares. Hay demasiadas pandillas que disparan para robar los botes o saquear casas, y por supuesto la gente responde también a los tiros. Muchas víctimas del huracán lo serán por armas de fuego", explicó.
El médico tucumano, que trabaja como residente en el servicio de Obstetricia de la Universidad Estatal de Louisiana, está casado con Chela Nougués, y tiene una hija de un año: Felicitas. Ellas están viviendo, por ahora, en San Francisco, California, en la casa del cuñado de López Osa.
"Nueva Orleáns está 16 pisos por debajo del nivel del mar y la pesadilla de todos era que el huracán ingresara por el lugar justo, haciendo que el lago Ponchartrain, que está pegado a la ciudad, rebalsara y la inundara, tal como ocurrió", señaló el médico. "Si el huracán hubiera pasado por la misma ciudad, además de inundarla no habría dejado nada en pie", señaló (la nota completa se puede leer en www.lagaceta.com.ar, en la edición de ayer).

Una lectora de Houston dijo que hay signos de racismo
En Houston, Texas, vive Laura Bertand de Rawashdeh con su esposo. Ayer, leyó en LA GACETA on line el relato de Diego López Osa. Luego, vía e-mail a nuestro diario, expresó su coincidencia con las versiones del médico tucumano. Laura agregó que también se registran agresiones sexuales contra niños y mujeres que han quedado solos o separados de sus familiares. "Hay mucha violencia y desesperación", dijo la lectora sobre la gente afectada por el huracán.
Al respecto, remarcó un detalle que le llamó la atención: "los damnificados por la catástrofe son gente negra o latina; no se ven estadounidenses. Reclaman ayuda por las calles y se nota una oleada de racismo".

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