
En las primeras horas del domingo, Las Termas de Río Hondo comenzó a llenarse de tucumanos. Aunque el operativo de seguridad intentó mantener el perfil bajo de los hinchas neutrales, el amor por San Martín rompió cualquier barrera. A pesar del frío, con 13 grados en el ambiente, el color rojo y blanco empezó a hacerse notar en cada esquina. Camisetas debajo de camperas, banderas enrolladas y cantos contenidos se abrían paso entre los grupos que llegaban desde distintos puntos.
En una plaza ubicada sobre Juan Bautista Alberdi, en Las Termas de Río Hondo, se generó el primer alboroto. Desde una trafic blanca con una calcomanía que decía “Las Malvinas son Argentinas”, descendió un grupo numeroso de hinchas de San Martín que dirán presente esta tarde en el estadio Madre de Ciudades para alentar contra Güemes. Las banderas hablaban del club, pero también de Diego Armando Maradona, de Divididos y del Indio Solari. Era una peregrinación con identidad futbolera, cultural y barrial. Y dentro de esa multitud, aparecía también la historia de un hincha que viajó solo, pero con el empuje emocional de alguien más.
Entre ellos estaba Enzo Facundo Nisoria, de 30 años, que viajó por su cuenta desde Tucumán para seguir al equipo. No lo hizo solo por fanatismo: lo siente como parte de su vida. “¿Cómo voy a dejarlo solo ahora que prácticamente estamos punteros y nos llevan un punto?”, preguntó Nisoria, mientras se abrazaba con sus amigos con una enorme sonrisa.
Justamente para él, no fue fácil llegar hasta Santiago. Enzo hizo un esfuerzo grande y no lo hubiese logrado sin la ayuda de su esposa, Luz María Caneda, que no pudo viajar, pero fue clave para que él pudiera hacerlo. "Hasta me prestó plata para venir…”, confesó, con un tono de gratitud que escondía también un poco de culpa. En ese sentido, soltó una frase que resume todo. “Una vez me preguntó: ‘¿San Martín o yo?’. Y le dije: ‘No me hagas elegir, porque vas a salir perdiendo’”, dijo Nisoria, entre risas.
"El club forma parte de mi vida"
"San Martín es lo que nos moviliza. Siempre que juegue afuera y se pueda acompañarlo, sin dudas, que lo haremos. El club forma parte de mi vida", expresó el fanático de 30 años.
Detrás de cada hincha, hay una pareja, una familia, una vida que acompaña. Seguir a San Martín no es solo estar en la tribuna, es elegir estar, aun cuando hay que dejar cosas atrás.