
Lucas Córdoba (35 años) fue detenido acusado en mayo de 2024 de liderar una red de narcomenudeo en Famaillá. Pero con el correr de las semanas, las autoridades descubrieron que en realidad podría ser un proveedor de cocaína y marihuana de varias organizaciones dedicadas a la venta de estupefacientes. En la actualidad, pese a los numerosos intentos del Ministerio Público, continúa con arresto domiciliario esperando ser enjuiciado por comercialización de droga. Podría haber sido acusado de delitos mucho más graves con una pena mayor, pero la Justicia ordinaria se negó a declarar la incompetencia.
Este caso es tan solo un ejemplo de lo que genera la llamada “Ruta de los Valles”. La facilidad con la que se transporta sustancias genera la aparición de nuevos operadores que se dedican a esta actividad ilícita o potencian a viejos narcos. Los nuevos, que están fuera del radar de los investigadores, son personas menores de 50 años que empiezan como simples transas y terminan convirtiéndose en proveedores de los “quioscos” de varias ciudades del interior.
Por una denuncia anónima que realizó un vecino, la División Unidad Operativa Federal Concepción inició una investigación. Los pesquisas constataron que en Famaillá había un hombre que, con la ayuda de algunos parientes y allegados, se dedicaba al fraccionamiento y comercialización de drogas. Dirigidos por el fiscal de Narcomenudeo Diego Hevia, realizaron dos allanamientos. En una casa del barrio 60 viviendas de esa ciudad secuestraron casi un kilo de cocaína y un arma de fuego. Luego, en un inmueble que estaba ubicado en la vera de la ruta 38 y en el que se había construido un quincho para alquilar, detuvieron a Córdoba y le secuestraron su celular.
Al detenido se le dictó la prisión preventiva por comercialización de estupefacientes. Su abogado logró que se le otorgara el arresto domiciliario. Pese a su corta edad, un juez habría dado por probado que el acusado tenía problemas de hipertensión arterial y que el encierro en un calabozo común empeoraría su condición de salud. Hevia impugnó el fallo, pero en una audiencia no logró que el magistrado revirtiera el fallo de primera instancia.
El defensor del acusado, después de haber conseguido el arresto domiciliario, realizó los contactos necesarios para tratar de cerrar el expediente a través de un juicio abreviado. Se presume que iba a aceptar la culpabilidad a cambio de recibir una pena de cumplimiento condicional. Hevia analizó la cuestión y rechazó el planteo porque aún faltaban pericias por realizar. Le interesaba analizar el celular del imputado.
Los resultados
Hevia envió el celular de Córdoba para que sea analizado por los peritos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales. Su par Carlos Sale, cuando fue designado como titular de la Unidad Fiscal de Narcomenudeo de los centros judiciales de Concepción y Monteros, llegó a los resultados. Entre otras evidencias, las pericias realizadas a un Iphone 15 Pro Max revelaron:
- Córdoba se habría dedicado al tráfico de cocaína y marihuana a gran escala. Aparentemente, la compraba en Bolivia, Perú y Colombia, o por lo menos eso es lo que les decía a los supuestos compradores.
- Encontraron información que revelaría que escondían los estupefacientes en el torpedo de los vehículos que usaban para trasladarlos.
- Distintas personas le pedían hasta 10 kilos de cocaína y él cotizaba en U$S5.000 el kilo. No trascendieron los valores que manejaban en la comercialización de marihuana, pero sí se supo que era la variedad conocida como Creepy, de origen colombiana.
- En el análisis realizado por los peritos de la Policía surgieron indicios de que Córdoba también se habría dedicado a la venta de armas de fuego. De la memoria del celular, los pesquisas encontraron fotos de importantes sumas de dinero que habrían sido producto de la actividad que realizaba.
Pedido y contactos
Al surgir esas novedades, el fiscal Sale intentó al menos en tres oportunidades que se le revocara el arresto domiciliario al acusado. Realizó este planteo por considerar que la situación procesal del acusado con estas nuevas pruebas había cambiado. También solicitó que la justicia ordinaria se declarara incompetente y que la causa fuera remitida a la Justicia Federal.
Con toda esa información, Sale entendió que no estaba ante una persona que podría dedicarse al tráfico y a la comercialización a gran escala de droga y armas. Definió que con esta nueva imputación, el acusado podría escaparse, ya que su situación procesal se agravó considerablemente. También sostuvo que, con estas nuevas pruebas, dejó de ser un caso de narcomenudeo y debería ser investigado por la Justicia Federal. Ninguno de los dos planteos fue aceptado.
Sale decidió entonces cambiar de estrategia. Aceleró los trámites para que Córdoba fuera enjuiciado por comercialización de drogas cuanto antes. Su idea es que al menos reciba una pena de cumplimiento efectivo.
Mientras tanto, alejados de las cuestiones judiciales, los habitantes de esa ciudad no se mostraron sorprendidos por este caso. “En esta ciudad hubo muchos jóvenes que crecieron rápidamente. Eran jóvenes que habrían tenido contactos con todo el mundo. Desde políticos hasta policías. Tienen que investigar hasta el fondo”, comentó María del Carmen Figueroa.
Los vecinos dijeron que Córdoba era un fanático del audiocar y que comercialmente se dedicaba a ese rubro. También contaron que habría construido un quincho para realizar reuniones o fiestas. “La verdad es que cuando nos enteramos de que lo habían ‘encanado’ por drogas pensamos que en esta ciudad puede pasar cualquier cosa. Ya no tenemos margen de sorpresas”, dijo Eugenio Flores.