Críticos gastronómicos en redes: los aplausos en público y las críticas en privado

Críticos gastronómicos en redes: los aplausos en público y las críticas en privado

Empresarios y cocineros analizan el fenómeno de los nuevos críticos culinarios

Ayo Delacroix, dueño de Casa Croix, celebra la irrupción de los influencers desde ambas perspectivas: la del consumidor y la del empresario. “Sigo a muchos de ellos, me gusta descubrir nuevos lugares a través de sus posteos. Como canal de difusión, son efectivos. No ocupan un lugar que no les corresponde. Representan a los consumidores, por eso su voz es legítima”. Para Delacroix, las críticas, incluso negativas, suman. “Antes el cliente tenía el ‘libro de quejas’, ahora una mala reseña se viraliza. Eso cambia las reglas, pero también empodera al comensal”.

Rodrigo Amarillo, cocinero y asesor gastronómico, considera que los influencers visibilizan nuevas aperturas y cumplen una función clave: “La gastronomía se comunica por redes, sobre todo si el público es joven. El gastronómico que logra ser instagrameable puede mostrar mejor su propuesta”. No desconoce, sin embargo, que el negocio detrás del contenido puede ser engañoso: “La gente no sabe que algunos cobran $800.000 por dos videos y una historia. En Tucumán no hay críticos especializados. Un crítico es un alquimista del gusto: revela intenciones y errores, genera reflexión. Eso no lo hace cualquiera”.

Formación y honestidad

Álvaro Arismendi, chef y empresario gastronómico, rescata el rol de los influencers pero pide diferenciar: “Se inventaron un trabajo que antes no existía. Funcionan como lo hacían las revistas. Pero no todo vale. Algunos ayudan y generan tráfico. Otros, en cambio, distorsionan y venden algo que no es”. El chef reconoce que un buen contenido puede seducir visualmente, pero advierte: “La desilusión llega cuando la experiencia real no coincide con lo que muestran”.

Sobre el cambio en los hábitos de consumo, Arismendi es tajante. “Ahora todos se creen críticos. En vez de usar las redes para apoyar, muchos las usan para destruir, sin pensar en las familias detrás de cada emprendimiento”, rerflexiona. Coincide con Delacroix en que no se necesita formación técnica para opinar, pero sí veracidad y ética. “Los aplausos en público, las críticas en privado”, remarca.

Lo visual y lo verdadero

Para Amarillo, el mayor desafío de la gastronomía es generar propuestas nuevas, sin perder autenticidad. Delacroix coincide: “Ser instagrameable es ser genuino. Si tu propuesta te representa, no deberías sentir presión”. Arismendi, por su parte, insiste en el lugar de cada voz: “Valoro una crítica técnica tanto como una publicación amorosa. Pero cada cosa en su segmento”.

Consejos

Como consejo, Delacroix sugiere a los influencers volver a los locales después de un tiempo, para contrastar experiencias. Amarillo cree que deben salir, probar, comparar, forjar su gusto y Arismendi es contundente. “Que suban solo experiencias positivas. Si algo estuvo mal, díganselo al dueño. Si estuvo bien, grítenlo en todas las redes”, concluye.

Sabores que crecen: Segundo Congreso Gastronómico en Tucumán

Este lunes y martes se realizará el Segundo Congreso de Gastronomía Tucumana, un encuentro clave para la profesionalización del sector. Con sede en el Hotel Hilton Garden Inn, el evento reunirá a referentes de la gastronomía local en dos jornadas desde las 9, con charlas, capacitaciones, degustaciones y oportunidades de negocios.

La propuesta busca fortalecer el ecosistema gastronómico de la provincia e impulsar su desarrollo con herramientas y redes de valor. Los temas irán desde el turismo gastronómico, fotografía de comida hasta arquitectura.

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