06 Julio 2025
Es común pensar que una vez que se termina una relación, el duelo emocional dura unos meses. Pero la ciencia indica lo contrario. Una reciente investigación académica reveló que el desapego afectivo podría demorar mucho más. En esencia, entre cuatro y ocho años, de acuerdo a la intensidad de la vinculación.
El trabajo fue realizado por psicólogos de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), y publicado en la revista Social Psychological and Personality Science. Allí se detallan los mecanismos cerebrales y emocionales que mantienen a una persona conectada con su ex pareja durante años, incluso si ya no hay contacto ni relación.
Lo que tarda el cerebro en soltar a un ex amor
Un equipo de investigadores analizó la evolución del apego emocional en jóvenes y adultos que habían estado en relaciones de al menos dos años de duración. Participaron 328 personas, en su mayoría treintañeras, que habían vivido una separación unos cinco años antes del estudio.
Los datos se obtuvieron a partir de cuestionarios que evaluaron el nivel de conexión emocional de cada participante hacia su ex pareja y hacia personas completamente desconocidas. El estudio buscaba observar si esa conexión persistía o desaparecía con el tiempo.
Los resultados mostraron que la desvinculación emocional ocurre lentamente. En promedio, el “punto medio” del desapego se ubica en los 4 años. A partir de allí, el cerebro continúa liberándose hasta que, alrededor de los ocho años, el nivel de apego se iguala al que se siente por un extraño.
Este hallazgo fue comentado por el profesor alemán Sebastian Ocklenburg, especialista en neuropsicología, quien enfatizó que refuerza la idea de que el cerebro humano no responde a tiempos sociales sino biológicos cuando se trata de emociones fuertes.
Factores que inciden
Aunque los ocho años parecen una cifra alarmante, los investigadores aclaran que el proceso es muy personal. Algunas personas logran dejar atrás una relación en mucho menos tiempo, mientras que otras pueden seguir emocionalmente atadas a su ex durante más de una década.
Entre los factores más determinantes se encuentra el contacto posterior con la ex pareja. Aquellos que siguieron hablando, viéndose o compartiendo espacios prolongaron el apego. También influyó la forma en que cada persona experimenta las emociones: quienes tienen un estilo de apego ansioso tienden a aferrarse más al vínculo que quienes tienen una disposición más segura.
Por otro lado, tener hijos en común generó un apego más fuerte en el comienzo, pero este se disolvió más rápido que en quienes no compartían responsabilidades familiares. Lo interesante es que, según el estudio, ni el género ni iniciar nuevas relaciones afectó el tiempo necesario para superar a una ex pareja.
En los jóvenes, compartir entornos como la universidad, bares y actividades diarias donde es habitual cruzarse seguido con un ex, cortar el lazo emocional puede ser más difícil de lo que parece. A esto se suma el fenómeno de las redes sociales, que mantiene un canal de contacto permanente, incluso cuando no hay interacción directa.
El estudio de la Universidad de Illinois aporta herramientas para comprender mejor los procesos emocionales propios. Saber que es normal seguir pensando en alguien durante años, incluso si ya no se lo quiere volver a ver, puede brindar consuelo y evitar decisiones impulsivas.
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