
Analizar el entorno de la víctima terminará siendo clave para resolver el crimen de una mujer de 50 años que fue asesinada ayer en el sur de San Miguel de Tucumán. En medio de un mar de dudas, hay una certeza, no fue víctima de un hecho vinculado a la inseguridad.
Priscila Zamora decidió ir a visitar a su madre Elizabeth del Carmen Zamora en el domicilio ubicado en Jujuy al 4.900. Ingresó a la vivienda y, como no le respondía, se dirigió hasta su habitación porque pensaba que estaba dormida. La encontró tapada íntegramente con una manta. Cuando corrió la cobija, descubrió que estaba sin vida. Los peritos confirmaron luego que la habrían matado golpeándole la cabeza.
Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Susana Monteros, Juana Estequiño y Diego Bernachi, dirigidos por el fiscal José Sanjuán, descubrieron dos indicios importantes. El primero de ellos es que la puerta de ingreso no estaba violentada y la hija de la mujer confirmó que estaba cerrada con llave. Eso indicaría claramente que el autor del hecho tenía un juego de llaves que le permitió ingresar y salir del lugar.
El celular
El otro dato relevante es que nadie se había apoderado de los objetos de valor de la vivienda. Sólo faltaba su celular que habría sido llevado por el autor para evitar ser descubierto.
“Ella no estaba todo el tiempo aquí. Se turnaba con un pariente para cuidar a su madre enferma. Cuando no realizaba esa tarea, estaba aquí. Era una buena vecina que no se metía con nadie”, comentó Laura Pedraza. “Esta zona es tan insegura como las que están fuera de las cuatro avenidas. La gente que vive cerca dice que no hubo movimientos extraños ni escucharon gritos. Vaya a saber qué le pasó a esa pobre mujer”, añadió Soledad García.
Al cierre de esta edición, los investigadores analizaban las cámaras de seguridad públicas y privadas para encontrar una pista. También indagaban sobre el entorno de la víctima, porque creen que fue asesinada por alguien que la conocía.