Por Fernanda Bringas
En un mundo atravesado por la inmediatez y la necesidad constante de validación externa, que tanta ansiedad genera en las personas, el estoicismo, una escuela filosófica de origen griego, hoy es citado por emprendedores, deportistas, terapeutas y hasta influencers del bienestar como una brújula para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana con templanza y sabiduría.
Se trata de una filosofía nacida hace más de dos mil años que vuelve a ganar terreno entre quienes buscan calma, foco y sentido. En los últimos años, autores como Ryan Holiday (“El obstáculo es el camino”) han popularizado el estoicismo en el mundo del desarrollo personal, la productividad y la salud mental. Incluso figuras como Tim Ferriss, Naval Ravikant y Massimo Pigliucci citan el estoicismo como clave para mejorar la resiliencia y el liderazgo.
Una filosofía nacida en un pórtico
El estoicismo surgió hacia el año 300 A.C. en Atenas, de la mano de Zenón de Citio, un comerciante fenicio que, tras naufragar y perderlo todo, descubrió la filosofía y decidió dedicarle su vida. Zenón comenzó a enseñar en el Stoa Poikilé (Pórtico Pintado), un espacio público que dio nombre a su escuela: el estoicismo.
Sus ideas fueron desarrolladas por otros filósofos griegos como Cleantes y Crisipo, y más tarde adoptadas por pensadores romanos que llevaron esta filosofía a su máxima expresión: el senador Séneca, el esclavo liberado Epicteto y el emperador Marco Aurelio, autor de Meditaciones, un diario íntimo convertido en clásico de la sabiduría universal.
Las principales ideas del estoicismo
En el centro del pensamiento estoico está la búsqueda de la virtud como único bien verdadero. Según los estoicos, lo que nos perturba no son los hechos, sino nuestra interpretación de ellos.
La clave para vivir bien es distinguir lo que depende de nosotros —nuestras acciones, nuestros pensamientos, nuestras decisiones— de lo que no depende —la muerte, el pasado, la opinión ajena— y actuar en consecuencia.
Los estoicos proponen vivir de acuerdo con la razón, aceptando el orden natural del universo y cultivando cuatro virtudes: sabiduría, templanza, justicia y coraje. No se trata de no sentir, sino de no dejarse dominar por emociones destructivas.
“La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.” – Marco Aurelio
Manual estoico: vivir con menos ansiedad y más libertad
Aunque parezca abstracto, el estoicismo es profundamente práctico. Estas son algunas de las máximas que propone su manual de vida:
“No podés controlar lo que te pasa, pero sí cómo respondés.”
“La verdadera riqueza es desear menos.”
“Actuá con virtud incluso cuando nadie te ve.”
“Prepararse para lo peor es una forma de libertad.”
“Recordá cada día que vas a morir, para vivir con más intensidad.”
Guía práctica para aplicar el estoicismo hoy
Si bien fue concebido en tiempos antiguos, el estoicismo puede integrarse fácilmente a la vida moderna. A continuación, una guía sencilla para empezar a aplicarlo:
1. Ejercitá el control interno: Preguntate cada vez que algo te moleste: ¿Esto depende de mí? Si no depende, soltalo. Si depende, actuá con claridad.
2. Evitá las reacciones impulsivas: Antes de contestar un mensaje que te irrita o de tomar una decisión apresurada, contá hasta diez. Elegí responder, no reaccionar.
3. Escribí un diario cada noche: Anotá tres cosas: qué hiciste bien, qué podrías haber hecho mejor y qué aprendiste. Es un ejercicio de autoconocimiento y mejora continua.
4. Hacé un pre-mortem matutino: Antes de arrancar el día, anticipá mentalmente qué obstáculos podrían aparecer. Estar preparado te permite actuar con más ecuanimidad.
5. Viví según tus valores, no tus impulsos: Antes de actuar, preguntate: ¿Esto es sabio, justo, valiente o moderado? Si no lo es, tal vez no valga la pena.
6. Recordá tu finitud: Memento mori —"recordá que vas a morir"— no es una frase lúgubre, sino una invitación a aprovechar el tiempo con lo que realmente importa.
Estoicismo 2.0: ¿Cómo aplicar hoy esta filosofía sin convertirte en un monje?
En tiempos de incertidumbre, el estoicismo ofrece un refugio mental: no cambiar el mundo, sino cambiar la forma en que lo habitamos. Ser estoico hoy no significa vivir como en la antigua Roma, sino decidir, cada día, vivir con virtud, coraje y calma.
“Mientras se vive, hay que aprender a vivir.” – Séneca