
Los ocupantes habrían señalado que estaban en esas tierras porque sus ascendientes eran ingleses que participaron de la construcción del dique de La Angostura. Sin embargo, la Provincia, luego de un largo proceso, les dio un plazo de 10 días para desocupar el predio que es considerado como un balcón natural del valle.
Al construirse el lago, la Provincia cedió una parte para que el Automóvil Club Argentino construyera un complejo turístico. Pero a fines de los 80, la firma renunció al proyecto y decidió devolverlo. Pero ese trámite nunca quedó registrado. Al estallar el escándalo de las usurpaciones, la Fiscalía de Estado empezó la tramitación para que el inmueble sea escriturado a nombre del Estado.
El predio había sido ocupado por la familia Monroy que alambró el lugar y puso un cartel para anunciar que allí funcionaba un vivero. Pero con el correr de los años, fueron construyendo viviendas que, según dijeron, eran para miembros de la familia. En el interín del proceso de escrituración de las tierras, las autoridades descubrieron que se estaban construyendo viviendas en un predio que, además de ser tierras fiscales, también era una zona prohibida por estar cerca del aliviadero del espejo. El jueves, las autoridades se presentaron en el lugar y notificaron a los ocupantes que tenían 10 días para desalojar el lugar. Hace poco menos de un mes les habían advertido que no podían seguir construyendo porque incumplían con una medida de no innovar dictada por la Justicia para proteger el lugar que también forma parte de la Reserva Natural de La Angostura.
“Desde octubre pasado, cuando estalló el escándalo, a través de diferentes medidas, la Provincia logró evitar la instalación de una feria de artesanos en Ojo de Agua; recuperó dos terrenos que habían sido ocupado por los miembros de la Comunidad Indígena Diaguita de El Mollar; derrumbaron el boliche Costa de Piedra; desalojaron el barrio conocido como “Loteo Gaucho Castro”, una confitería y venta de artesanías; el lugar donde estaba instalado el emprendimiento de pesca “El Pelao”; y lograron que sea devuelta la sede del Tucumán Yacht Club.