Hace 39 años, el 14 de junio de 1986, fallecía Jorge Luis Borges en Ginebra, Suiza, nuestro máximo escritor. Ocho años antes de dejarnos, él había visitado y pasado por nuestra provincia y fue aquello todo un acontecimiento cultural. Recuerdo que se anunció que la UNT lo distinguiría con el título de Doctor Honoris Causa y que además disertaría en la Facultad de Filosofía y Letras en el marco de un ciclo titulado “La muestra de la expresión” con entrada libre para todo aquel que quisiera escucharlo. Allí partimos: Borges, nuestro Shakespeare argentino estaba con nosotros en Tucumán. Acompañado durante la conferencia por el filósofo y escritor Ezequiel de Olaso, el autor del Aleph nos deleitó con su inteligencia, sus palabras y sus típicas reflexiones tan propias de él. El aula Magna de Filosofía y Letras (actualmente “Espacio Cultural”) estuvo colmado de estudiantes, profesores y público en general, que acudimos ávidos de escuchar y ver al genial escritor. Todo esto fue nada ajeno a lo que Tucumán representaba por aquellos años ’70. No era solo una provincia convulsionada y ajetreada por la política, sino también un lugar con una muy intensa e interesante vida cultural: lo más significativo del NOA pasaba por Tucumán. Teatros (Universitario e Independiente), salones de artes, cines, espectáculos musicales, conferencias y congresos, que generaban una increíble vida académico cultural. ¡Y bien que nos enorgullecíamos de ello! Borges había visitado, conversado y estado entre nosotros en nuestra provincia, y esa imagen y recuerdo nunca se nos borró, ni borrará.
Juan L. Marcotullio
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