Lo que revelan la irrupción de Manzur y las condiciones de Jaldo

Lo que revelan la irrupción de Manzur y las condiciones de Jaldo

El año electoral comenzó de manera formal esta semana. La confirmación de que Cristina Fernández de Kirchner será candidata y la disruptiva sesión en Diputados son los indicadores más elocuentes de que junio trajo consigo el inicio de la campaña. Y de que el tránsito hacia el 26 de octubre se presentará inestable, caliente y extenuante.

El lunes, la ex jefa de Estado aceleró todas las discusiones al confirmar las especulaciones sobre su postulación a legisladora bonaerense para los comicios que se harán en septiembre. Su decisión impacta directamente en el peronismo (no sólo de Buenos Aires) y en el resto de los partidos, que deben replantear sus estrategias en base a sus movimientos. Tal fue la precipitación de los acontecimientos que el jueves por la noche pudo reunirse con el gobernador Áxel Kicillof para el armado de las listas en ese distrito. Su ex ministro de Economía le discute el liderazgo justicialista nacional y, a lo largo de este año, habían intercambiado desafíos constantes. Ahora asumieron el compromiso de intentar el armado de una lista común. Hasta la Justicia se activó a partir del anuncio de Cristina: la Corte podría resolver en los próximos días si confirma o no la condena en su contra en la causa Vialidad. Habrá que ver si a los libertarios les interesa que la titular del PJ pueda ser candidata o no; por las dudas, el kirchnerismo cedió el manejo de la comisión investigadora del caso $Libra a los mileístas. Algo extraño si se tiene en cuenta el entusiasmo que le habían puesto los peronistas a ese tema.

Un par de días después, en el Congreso, se producirían más señales del adelantamiento del proceso electoral. En Diputados, la oposición logró el quórum para poder sesionar y luego contó con votos inesperados para aprobar una mejora en los haberes jubilatorios, la reimposición de la moratoria previsional y la declaración de emergencia en discapacidad. Si bien los legisladores que responden a gobernadores aliados a Javier Milei no facilitaron el número para habilitar el debate, sí se sumaron después a la votación con la oposición. Allí radica la primera gran mala noticia para La Libertad Avanza.

El despegue de los diputados tucumanos, salteños, catamarqueños y cordobeses, entre otros, evidencia que sus jefes políticos, los gobernadores de esas provincias, le mostraron al Presidente que están dispuestos a poner límites. En particular porque hace dos semanas la sesión para este tema cayó porque ellos no facilitaron el quórum. Y el año pasado, incluso, habían sostenido el veto del Presidente a la reforma jubilatoria. “El Poder Ejecutivo puede de alguna manera reducir partidas presupuestarias en otras áreas que no son esenciales, que no impactan en las personas y fundamentalmente que no impactan en nuestros abuelos ni en los discapacitados”, justificó tras la última votación Osvaldo Jaldo.

Malas noticias

La señal de alerta para la Casa Rosada es total, porque probablemente estos proyectos sean aprobados también en el Senado. En ese caso, el Presidente tendría que asumir nuevamente el costo político de vetar iniciativas que mejorarían la situación de sectores vulnerables. El problema, aun cuando Milei haya anticipado que rechazará esas leyes, es que el Congreso puede insistir con las normas y dejar sin efecto el veto. El año pasado, los jaldistas Agustín Fernández, Elia Fernández de Mansilla y Gladys Medina estuvieron entre los “87 héroes” que sostuvieron en el recinto el veto presidencial, a los que se agasajó en Olivos con un asado. A juzgar por el cambio de postura, difícilmente estos tres diputados (al igual que salteños y catamarqueños) puedan cambiar de parecer en el corto plazo y apoyar el veto a la ley que ellos mismos votaron. Es decir, el Gobierno libertario corre el riesgo de perder el control del Congreso, justo cuando el proceso electoral comienza a levantar temperatura.

Pero no fueron los únicos diputados que adoptaron posturas “en modo campaña”. El radical Roberto Sánchez votó en contra de los intereses libertarios y hasta consideró que el aumento dispuesto es “insuficiente”. Más sugestivo fue el silencio de Paula Omodeo. La representante de CREO, aliada incondicional de Milei, suele defender en el recinto sin titubeos la posición de la Nación. Esta vez, aunque rechazó los proyectos, lo hizo sin emitir una palabra. Lo del radical Mariano Campero fue incluso más llamativo. Hace un año, cuando en junio se trató en Diputados la reforma jubilatoria, había votado a favor. Llamativamente, en septiembre militó el veto del Presidente y acudió a los festejos en Olivos. Este miércoles, no obstante, no acudió al recinto. Hay quienes aseguran que estuvo en Misiones acompañando a su correligionario Martín Arjol, otro de los diputados expulsados de la UCR el año pasado. Producto del acuerdo entre el rovirismo y LLA, que hizo caer Ficha Limpia, Arjol se quedó sin lugar en la lista de LLA en esa provincia, por lo que tuvo que salir de apuro con un Partido Libertario para los comicios legislativos locales de mañana.

En mayor o menor medida, las posiciones de estos diputados tucumanos están signadas por los intereses electorales. Sánchez se distancia cada vez más de un eventual acuerdo con LLA en Tucumán y ya se lanzó como candidato a la reelección. Con CREO sucede algo similar: el partido convocó a un plenario y resolvió competir en soledad. Y Campero, que sueña con ser gobernador, propicia un entendimiento entre su amigo Sánchez y Lisandro Catalán o, eventualmente, que el corredor no asuma un rol netamente opositor a LLA en esta campaña. El asunto es que si el ex intendente de Concepción o Catalán realizan una buena elección, podrían sentirse con derecho a pelear la Gobernación en 2027. Todo un dilema.

Con o sin argumentos

Junio también comenzó con marcado ímpetu electoral en Tucumán. La intendenta Rossana Chahla recibió al senador Juan Manzur, en una visita más anunciada que la llegada de Kylian Mbappé al Real Madrid. Tanto, que perdió el efecto sorpresa que se buscaba generar. No obstante, la reunión revela una realidad: el oficialismo provincial está lejos de cualquier entendimiento y el líder del espacio disidente es, como se intuía, el ex gobernador.

Lo confirmaron los acontecimientos que siguieron a ese mitin en la Municipalidad. Ese mismo día, Manzur encabezó un almuerzo en Famaillá en donde uno de los temas centrales fue la situación financiera de Tafí Viejo. Varios de los presentes destacaron la preocupación del legislador Javier Noguera por el ahogo de la gestión que lidera su esposa, Alejandra Rodríguez. De hecho, se barajaron varias alternativas de acción. Los comensales ratificaron el apoyo a Noguera en lo que decida, pero el ex mandatario pidió que se regule la intensidad de los pasos a seguir. Una posibilidad es que desde el municipio se entable una demanda judicial en contra de la Provincia. Luego, que se avance con un pedido de interpelación a ministros del Gobierno en la Legislatura. En ese caso, los firmantes podrían ser tres: Noguera, Gabriel Yedlin y Christian Rodríguez. A diferencia de 2021, cuando el jaldismo impulsó en la Cámara la presencia del entonces ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, esta vez los disidentes son conscientes de que no contarán con mayoría para avanzar con la propuesta. Pero, al menos, servirá como gesto político.

Tras haber decidido abandonar el Acuerdo Fiscal con la Provincia, la administración de Tafí Viejo enfrenta dificultades financieras que ya comenzaron a afectar servicios. Según el noguerismo, esto obedece a una discriminación por parte del Gobierno en el reparto de fondos. El miércoles se viralizó un audio de trabajadores del Centro de Interpretación Ambiental (CIAT), en el que se admiten las dificultades salariales y responsabilizan a la Provincia; incluso, se habló de llevar el reclamo a la plaza Independencia. El jueves, a varios vecinos taficeños que habitualmente vienen a la capital a primera hora del día les llamó la atención la inusual cantidad de efectivos policiales apostados a la vera de las rutas de acceso a la ciudad. ¿Habrá estado pensado para evitar que los reclamos se posen frente a la Casa de Gobierno? Preguntas que deja la semana.

Así las cosas, resulta difícil imaginar un entendimiento entre jaldistas y manzuristas para estas elecciones. A la reunión de Manzur con Chahla y los mensajes de unidad, el mandatario respondió con una advertencia: los diputados que resulten electos por el frente Tucumán Primero deberán responder a él. Esto equivale a cerrarle la puerta de un lugar salible en la lista a Noguera, que no parece estar dispuesto a subordinarse a la voluntad del gobernador. Jaldo juega con el margen que, entiende, le brinda la fragmentación opositora. Es consciente de que un sector del peronismo no lo apoyará y que canalizará su disgusto mediante cualquier lista que se presente como antimileísta, pero en su entorno entienden que el daño puede ser “controlado” si la oposición local presenta varias ofertas. Hasta aquí, todo indica que eso sucedería. “Está jugado”, describe una persona que lo frecuenta. Al punto que prefiere asumir los riesgos de perder votos con medidas “antiperonistas”, como una eventual intervención en un municipio como Alberdi. La gestión de Luis Campos quedó salpicada por escándalos ligados al narcotráfico, justo el emblema de las políticas públicas de “El Comisario”.

En el neomanzurismo plantean un escenario similar. Creen que el gobernador no les dará el segundo lugar de la lista y que mucho menos será para Noguera. Manzur, de hecho, cuida las formas al declarar sobre Jaldo pero cuestiona en privado su acercamiento con Milei. De esa manera, comienzan a prepararse para competir en soledad por fuera del PJ. Aunque hay dudas, apuestan a que Cristina no negocie la “unidad” con Jaldo a sus espaldas: el argumento que utilizan es que los kirchneristas que quedaron del lado “oficialista” son los que menos votos pueden aportarle. Y buscan hacerse fuertes en el Oeste, en donde asientan sus expectativas de la mano de José Orellana y de la senadora Sandra Mendoza, del propio Noguera y de Luis Romano, titular del Movimiento de Unidad Popular, quien en 2023 ganó la batalla entre espacios kirchneristas con poco más de 8.400 votos en esa sección. En la capital, el legislador Christian Rodríguez y el concejal José María Franco –a quien el “Mellizo” llevó de tour político por el sur en la tarde del lunes- sostienen el trabajo territorial del que pueden carecer los hermanos Pablo y Gabriel Yedlin. Asoman además vertientes de peronismo más tradicional, como Enrique Romero, José Vitar, Miguel Cuello, Martín Rodríguez, entre otros.

El asunto es que, hacia afuera, ambos espacios plantean la búsqueda de la unidad. Hacia adentro, admiten que resulta improbable en las actuales condiciones. Ninguno, claro está, quiere aparecer como el responsable de la fractura en el peronismo. Habrá que ver si el desenlace del experimento Buenos Aires tiene correlato en las provincias: si Cristina y Kicillof logran ponerse de acuerdo para intentar frenar la ola mileísta en el principal distrito electoral del país, ¿con qué argumento no podrían hacerlo en provincias como Tucumán?

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