
El Gobierno nacional confirmó la reforma del Instituto Nacional del Teatro (INT), creado por la Ley Nacional del Teatro Nº 24.800 en los tiempos de Carlos Menem (1997). El ajuste pasa por el quite de la autarquía y la anulación de las delegaciones provinciales, entre otras disposiciones. Y si bien falta la publicación en el Boletín Oficial se conoce ya el decreto 2025-345- APN- PTE.
Cuando se difundió la intención oficial en la tarde del miércoles, distintas asociaciones del teatro independiente comenzaron a preparar la resistencia.
El electo legislador porteño el domingo pasado y vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que el instituto estaba “sobredimensionado y con funciones duplicadas”. “Se gastaba un 65% del presupuesto en sueldos y funcionamiento y solo un 35% llegaba efectivamente al teatro (cuando la premisa era que el 90% se destinara al fomento del teatro); la planta ya se redujo en un 20%”, agregó.
Las consecuencias inmediatas son: se eliminará el consejo directivo y los representantes provinciales del INT y en su lugar se nombrará un consejo asesor, ad honorem. El INT continuará funcionando según prescribe la ley 24.800, pero se modificará el artículo que le da autarquía. Desde el Gobierno, también comunicaron que con esta medida se ahorraría más de $150 millones.
En la Dirección Nacional del INT asumirá como director Federico Brunetti, que se desempeñaba como subsecretario de Promoción Cultural. “Cuenta con una vasta experiencia como gestor teatral de la ciudad de Buenos Aires”, subrayaron en el área de Cultura. Aunque se asegura que las partidas presupuestarias se mantendrán, el tema es que no lo manejará la comunidad teatral sino la Secretaría de Cultura.
Al conocer la noticia, la Asociación de Teatros Independientes (Artei) se expresó: “Desarticulan el Instituto Nacional del Teatro en beneficio de la discrecionalidad” y repudiaron “enfáticamente el accionar del Poder ejecutivo Nacional modificando por Decreto la Ley Nacional del Teatro que así como el INT, fueron fruto de la lucha histórica de teatristas que pelearon por esas conquistas”.
Dueños de salas, actores y directores repudiaron la medida.
Vale recordar que cuando se promulgó la Ley Nº 24.800 la actividad en esta provincia se multiplicó y en la actualidad representa casi a un millar de teatristas (en diferentes actividades), con alrededor de 80 grupos.
El delegado provincial, Roberto Toledo, le dijo a LA GACETA que al tener presupuesto prorrogado los datos oficiales parten de premisas falsas: “en todo el país no hay más de 165 empleados. Se ha despedido y hubo renuncias. Además ese 65% es falso. La recaudación en las salas se incrementó por lo que los números que se están difundiendo no son reales”.
Entre sectores de la comunidad algunos declararon el estado de alerta; otros presentarán recursos de amparo y se debaten una serie de acciones públicas. Desde la Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica se convocó a organizarse y a manifestarse.
“Al INT ya lo venían desregulando para ir a esto, a desmembrarlo y absorberlo en la Secretaría de Cultura para luego hacerlo desaparecer. Es el horror, pero sin democracia, con presupuestos pobrísimos viene desde hace rato en gobiernos peronistas anteriores. Una institución que absorbía en gasto administrativo el 50% del presupuesto que debería ir a las actividades teatrales no andaba bien ni era justa, pero ahora se va a peor, y ese verso de que lo hacen para mejorar el presupuesto es una triste mentira: el presupuesto empeorará, el fascismo de elegir con el dedo quién recibe un aporte y quién no se agudizará”, sentenció el teatrista Pablo Gigena.
“Reformar por decreto la estructura y el funcionamiento del Instituto Nacional de Teatro y convertirlo en una repartición centralizada, dependiente en todo de la Secretaría de Cultura -apéndice de la Secretaría General de la Presidencia- significa volver a los tiempos de la corte absolutista donde el soberano decidía a su antojo y capricho sobre el destino de los artistas, según le cayeran bien o mal, según su humor, su ideología o su conveniencia política coyuntural”, indicó Argentores en una declaración pública.
“Una catástrofe”
Para Jaime Mamaní, delegado local de la Asociación Argentina de Actores, “es un atentado a la cultura, al trabajo y a la lucha por el teatro independiente. “Vemos peligrar además nuestra fuente de trabajo” dijo. “Para quienes hemos luchado durante años por una ley ejemplar que reconoce la actividad teatral independiente como un patrimonio nacional y la protege y auspicia, independientemente del gobierno de turno, en todas las regiones del país, resulta indignante el uso de argumentación falsa o sesgada para vaciar la esencia de su contenido”, indica un comunicado nacional de la asociación declarando el estado de alerta. “Esto es una catástrofe sobre la cultura”, añadió Mamaní.
Finalmente, para el martes a las 20 se hizo una convocatoria en Tucumán para una asamblea en el Ente Cultural.