Con puro arte, Lucho Hoyos hace catarsis frente a una enfermedad autoinmune

Con puro arte, Lucho Hoyos hace catarsis frente a una enfermedad autoinmune

El compositor padece vitiligo y decidió exponerlo a través de una canción. Las emociones en juego.

COMPOSITOR Y CREADOR. Lucho Hoyos

“Catártico”.

Esa fue la primera palabra con la cual Lucho Hoyos definió su tema relacionado con el vitiligo que lo afecta desde tiempo atrás y que estrenó en Mar del Plata.

El vitiligo es una enfermedad autoinmune que causa la pérdida de pigmentación en la piel, lo que deriva en manchas blancas o claras por la pérdida de melanina en las células alcanzadas. No es considerado peligroso ni es contagioso, y su aparición se relaciona con episodios de estrés si no hay antecedentes genéticos.

La catarsis es el término griego empleado para la purga o purificación de las emociones a través del arte. Aristóteles, en “La Poética”, describe sus efectos usando la tragedia en el espectador. La Real Academia de Letras la define como “liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda”.

Así, Lucho decidió mirar su enfermedad a través de la música para superar los efectos emocionales que le causa. Así, no la tapó bajo capas de maquillaje sino que la enfrentó entre notas y letras

“Primero me salió algo mínimo, a lo que obviamente no le di ni la hora. Luego me empecé a preocupar cuando me salió en la cara una gran mancha que me cubrió casi todo el rostro de una sola vez (siendo que normalmente es pequeño y creciente). Un día un amigo me arrastró hacia un medico naturista de Jujuy, que me dio una cura naturista y me fue fantástico. En seis meses volví a mi piel original, pero era durísimo, casi no podía comer nada. Cuando pequé y volví al ruedo con lo de siempre aparecieron de nuevo las manchas y ahí comienza el juego de lo psicológico”, le cuenta a LA GACETA.

- Para un artista, la imagen suele ser importante...

- Yo jamás le di bola a mi paisaje exterior, a mi cuerpo o a mi imagen. Nunca me importó mi sobrepeso y a pesar de ser un “artista”, es curioso que no me haya interesado esa cosa de vestirme (sobre todo para actuar) de la mejor manera posible. Cero cuidado y cero atención.

- Más allá de lo estético, es un llamado de atención para tu salud en forma integral...

- Dicen que es algo emocional que a uno se le atraviesa y su somatización son esas coloraciones anómalas de la piel. En un momento de mi vida busqué someramente identificar algún momento emocional que de tan importante haya sido la raíz de todo, y no encontré nada. Eso sí, agradecía que no me salieran manchas por todos lados y me delaten el “problema”. En el campo, los viejos y los paisanos le llaman “melancolía” a esta enfermedad de la piel

- ¿Cómo surgió el tema?

- De vacaciones en la playa, en el hotel. Me dije: “ya que no me importa nada, o al menos eso creía, le cantaré a mis manchas como una manera de darles más bola y quizá también como buscando un efecto de sanación”. Esa fue  la génesis de la canción, me comenzó a aflorar todo. Me desnudé mal y entonces me di cuenta de que había mucho atrás, que el origen es muchísimo más que un evento que ocurrió. Es un grito de mi interioridad a que le dé bola a mis mambos. Los acordes fueron salpicando con otras manchas a las manchas de las que habla la canción, en un caos de manchas.

- ¿Y qué son las manchas?

- Son la metáfora poderosa para todas esas imperfecciones y cicatrices que portamos y cargamos a lo largo de la vida. Son huellas de los que somos y de lo que queremos ser, porfiadas e inclementes. Las más intensas son las que no se ven ni se van. También están las lindas, la mancha de los juegos de la infancia, a menos que la que nos corriera fuera la más linda de todas las cuadras y entonces manchados queríamos estar con el sello de su yema sobre nuestra piel.

- ¿Qué genera la canción en quienes la escuchan?

- Nunca tuvo la idea ni la intención de que otros o alguien se identificara, pero me llegaron devoluciones de amigos. La composición es siempre un vuelo interno que uno se permite desde el arte. Es inexorable; los que encaramos el trabajo del arte nos proponemos siempre ese sobrevuelo interior como una obligación hermosa.

- Decidiste hacerte cargo...

- Pensaba en que Michel Jackson, teniendo la misma enfermedad, puso dinero para precisamente hacer crecer su enfermedad y así cubrir todo su cuerpo de un nuevo color, no dándole la interpretación y haciendo oídos sordos al mensaje que traía.

- ¿Temés que te supere?

- Hay dependencia siempre del carácter del mal, no es lo mismo uno que otro. La cuestión es que sean lidiables. El problema es cuando uno no los puede sobrellevar de tan densos que son; lo emocional tiene otro mambo que es indescifrable hasta dónde nos impregna y cómo lo soportamos y enfrentamos. Lo emocional es inasible e indescriptible...

- ¿Por dónde llevaste el sentido simbólico de la catarsis?

- Comparar las manchas con mambos particulares es mi modo de trabajar la catarsis. En un punto, me río de eso; y en otro punto, me masacra. Ese juego no siempre es divertido Cada uno de los mambos como cada una de las manchas es un destino a tratar y un desatino a lidiar. Me permito jugar a que todos los tenemos mambos y manchas, pero que no todos quieren abrir esas cajas de Pandora. Es duro enfrentarlas, de alguna manera sentís una pérdida de control de tu cuerpo. Estoy abriendo mi alma y admito que todos poseemos manchas y nos hacen humanos. Hay un cúmulo de emociones que a veces intentamos ocultar pero están ahí, siempre influenciando en quienes somos.

- ¿Encontraste el disparador del vitiligo?

- Siempre creí que las manchas me salieron por alguna cagada que me mandé, emocional por supuesto. Y busqué y rebusqué y no di con nada nunca. Lo único que se me ocurre es un momento complejo de amistad con un amigo o un mambo amoroso. No encuentro más razones, pero no estoy convencido de que venga por ahí la cosa. En algún momento de la letra hago alusión a un amor destratado u olvidado, que incide, influye o sigue influyendo. Incluso en un momento pensé en qué raro que la sustancia que te deja de segregar la coloratura en la piel es la melanina y en su emparentamiento con la palabra melancolía que te decía antes. Una psicóloga amiga me dijo que con esta canción no necesitaba ir a terapia.

- ¿En una canción se puede decir de todo?

- Nunca fui de ponerme límites y con el viltiligo tampoco me sentí con limitaciones. Ni en cuanto a decir cosas mías o de ningún tipo. Jamás sentí que debería limitarme en ningún sentido. Ya cuando era chico poseía esa pulsión, quizás por la educación y el amor de mis padres. Mi única limitación es la ética y la vergüenza. El arte es una especie de tabla de salvación para los seres humanos; toda canción es poderosa. Ahora que lo pienso, y dejando de lado el amor filial (esposa, hijos y nietos), la música es el verdadero y gran amor de mi vida.

“Manchas”

Manchas

Quien no anda manchado

Quien no tiene manchas

Turbiedades

Que levante la mano

Tanta mancha que no sana

Manchas

por tantos lugares

Se me brotan como males

Suciedades

Manchas

Con significantes

No puedo esconder

Oscuridades

Manchas

Vengo roto desde otrora

Viva mancha... no lo sabe

Nunca sale y qué pretende Molestando

Mancha

Deberé viajar adentro

A lidiar con mis infiernos

Tengo que tratar de hacerlo

No me queda más remedio

Todo se origina allí

Los fracasos, las locuras

La belleza, la amargura

Las ausencias, la ternura

Todo eso que no pude

Que me puebla y me atormenta

Me sucumbe

Y se me vuelve

Todo mancha

Dura mancha

Mancha

Siempre perturbando

Me preocupa tanto

Su etimología

de melancolía

Empapando mi cuerpo

Afeando este cuero

Me sorprendo en un juego

De mil manchas

Manchas

Se andan ensañando

Aunque van mutando

Mi fisonomía

Que ya no es tan mía

Mi estructura enloquecías

Ese día que te fuiste

Añorando me dejabas

Formateado en cicatrices

Como manchas

Punto de Vista

Hay mecanismos inconscientes para canalizar los sufrimientos

Cuando el sufrimiento psíquico no logra ser canalizado por vía del recurso de la palabra que posibilita expresar las emociones, el aparato psíquico utiliza otros recursos para canalizar ese sufrimiento. Mecanismos de elaboración inconscientes se ponen en juego desencadenando manifestaciones sintomáticas y diferentes enfermedades físicas.

Si bien el proceso de un tratamiento psicológico permitirá a la persona tramitar las vivencias traumáticas que subyacen a los síntomas o enfermedades, se puede encontrar un complemento terapéutico en el arte.

Las producciones artísticas, en todas sus formas, permiten decir algo sobre la subjetividad de quien crea arte, permite exponer un mundo interno individual que se comparte con otros. En ese sentido el arte puede ser una vía de salida del padecimiento humano.

La expresión artística tiene un aspecto terapéutico para quien produce arte y para quien se nutre del arte, ya que en el hacer artístico se conmueven subjetividades produciendo un encuentro con otras miradas, con otros padecimientos.
A partir de la creación artística se logra transformar lo caótico y lo traumático en crecimiento y aprendizaje.

El arte nos transforma subjetivamente, nos lleva a mirarnos, adentrarnos y mostrarnos; en ese sentido está directamente relacionado a la Salud Mental.

En la expresión artística decimos algo de nosotros a otros, enriqueciéndonos, descubriéndonos de manera individual y colectiva, impactando en lo social.

El arte y la Salud Mental son derechos humanos fundamentales y necesarios para lograr la salud física.

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