
El Festival Internacional de Cine de las Alturas, organizado por el Gobierno de Jujuy a través del Instituto de Artes Audiovisuales de Jujuy, celebra su décima edición, consolidándose como un espacio clave para el cine andino.
Desde hoy y hasta el 24 de mayo el evento reunirá cine del país, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela con una selección de 46 películas en competencia.
Entre las 11 de ficción compite “Tierra Citrus”, de Ayelén Agüero, que fue rodada en Alpachiri (se estrenará el miércoles 21); y en la competencia de Cortos están “Souvenir”, de Martina Díaz Santilli, y “El último”, de Ezequiel Martínez Marinaro (Tucumán). En Competencia WIP (en desarrollo) figura “Soy ella”, de Cecilia Pinotti (Buenos Aires – Tucumán). “Yakuman: hacia donde van las aguas”, de Pedro Ponce Uda, se verá en la sección paralela de Cine Ambiental. Y “Esta lana es mía”, de Duilio Gatti, es parte de la sección paralela de Accesibilidad Audiovisual. “En vos confío”, de Agustín Toscano, participa en Panorama NOA.
En procesos
“A ‘Tierra Citrus’ la fui haciendo en procesos a partir del 2019. Tuvo su inicio en 2017 como un ensayo fotográfico; fui grabándola de a poco, haciendo un registro documental de la finca de limones y luego entre fines de 2022 y 2023 grabé parte de su ficción”, le contó la directora a la GACETA. “Fue realizada en Alpachiri lugar de donde es mi familia materna, quienes actúan; por ejemplo, la protagonista es mi prima. Importa decir que está hecha con no actores pero que sí viven en la cotidianidad de lo que es la cosecha del limón”, agrega.
Ente autárquico
Presentado como el encuentro cinematográfico más importante de la región cuenta con cuatro competencias oficiales: Competencia Internacional de Largometrajes de Ficción; Competencia Internacional de Largometraje Documental, Competencia Regional de Cortos NOA (que incluye producciones de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja) y la Competencia Nacional WIP de las Alturas para películas en desarrollo. El festival se fortaleció con la Ley Provincial N° 6250 que mantiene la autarquía del Instituto y la 6253, Ley de Participación Cultural, que instaura el régimen especial destinado a estimular e incentivar la participación privada para el financiamiento de proyectos culturales, patrimoniales y/o artísticos con el apoyo del Gobierno de la provincia.
Trabajo precario
Agüero es una artista visual y realizadora que estudió dirección de cine y complementó estudios en ciencias sociales en Unsam (Argentina). Realizó el programa de cine en la Universidad Torcuato Di Tella (2019). En su obra, investiga sobre los estudios culturales como construcción de sociedades en al cuerpo físico/material, la relación cuerpo-trabajo e interrogantes con sus mismos orígenes. Trabaja con fotografía, video, instalación, performance y poesía.
“La recolección de limones es uno de los trabajos más precarizados del norte del país. Es una región que ha sufrido mucho extractivismo de las grandes corporaciones. El personaje principal tiene 13 años; es un retrato de mi familia que es nativa de ese lugar”, contó la realizadora que vivió también en Lanús (Buenos Aires) y reside actualmente en Los Ángeles.
- “Tierra de Citrus” es tu estreno; ¿cómo lograste hacerla? ¿Tuviste apoyo del Incaa, por ejemplo? - Hubo varías procesos de producción entre ellos también recibí aportes y ayuda con el Fondo Nacional de Artes, pero luego acá en EE.UU. sí fui buscando mecenas o gente interesada en invertir en la película. Justamente una fundación también creada por un argentino americano “Make art not war”, me estuvo ayudando. Sabía que se estaba empezando a parar todo con el Incaa y además primera película, donde me encargué al 100 de la producción ejecutiva, pero bueno, es una realización pequeña. Se grabó con una cámara que se usa para documentales. Me interesó retratar este mundo como una fábula, donde el personaje principal tiene 13 años.
- ¿De qué se trata este filme?
- En una sinopsis escribí: “El sol cae sobre el cuerpo cansado de los trabajadores de los limones. Una piedra mágica a la que se le pide deseos de abundancia parece resguardar los últimos sueños de las personas que se dedican a esta ardua tarea. Los días se repiten en una naturaleza densa y desigual que parece absorber palabras, animales, árboles, montañas, vegetación, todo. En cada rincón de Alpachiri se siente agonizar un mundo viejo que se representa en el cuerpo enfermo y explotado de los trabajadores, y que se contrapone a los ojos brillantes y jóvenes de LucÍa que intenta curar mediante deseos y rituales un mal que proviene de la tristeza de la tierra. En los campos de limones los cuerpos explotados de los trabajadores de la tierra se contraponen con la mirada de Lucía, una niña que quiere curar con sus rituales la tristeza de su abuelo”. Es como un retrato de mi familia que vive ahí… también tengo a mis abuelos en Santa María. Este trabajo es uno de los más precarizados, insisto. Y comenzó con un documental a la que inserté una historia de ficción. En cada rincón de Alpachiri se siente agonizar un mundo viejo que se representa ese cuerpo enfermo y explotado de los trabajadores.
- Vivís en Los Ángeles...
- Actualmente no estoy trabajando en cine; me vine acá incentivada en eso pero me estoy armando una productora con base en esta ciudad, que se llama Achalay Cine. La idea es poder producir cine independiente no al nivel comercial que se hace acá, sino uniendo proyectos latinoamericanos con Estados Unidos. Actualmente estamos empezando a diseñar una producción americana - hondureña.