La Libertad Avanza y los oficialismos también

La Libertad Avanza y los oficialismos también

la gaceta / foro de analía jaramllo

Las estrategias electorales de los partidos convencionales se desmoronan al ritmo de los comicios que se vienen desarrollando durante este año en las provincias. Ya no sirven esos artilugios de dispersión o de alianzas “poco habituales” o de impulso en las nóminas de candidatos de figuras populares.

Las elecciones de Santa Fe (el 13 de abril), Salta, Jujuy, Chaco y San Luis (ayer) evidencian un patrón: los oficialismos locales prevalecen y La Libertad Avanza se consolida como fuerza política.

Sin embargo, en la escena en la que se muestran los resultados del justicialismo “no alineado” una música ominosa atraviesa los escenarios. En los casos en los que el peronismo fue dividido entre con y sin peluca, el resultado fue malo. Hasta preocupante, más allá que se quiera disfrazar esa realidad de que quienes fueron ya no volverán a ser nunca más con -por ejemplo- el elevado porcentaje que obtuvo Jorge Capitanich en Chaco.

Desde LLA, el propio Javier Milei posteó un viva la libertad, carajo con la foto de Emilia Orozco, una de las caras del triunfo del partido presidencial en la capital de Salta. También se anotaron goles en San Salvador de Jujuy y en Chaco, en alianza con Leandro Zdero. Patricia Bullrich, Martín Menem y Karina Milei suman una presea por San Luis. Entienden que las cuatro provincias son aliadas al Gobierno nacional, pregonan un cambio y se alejan de “prácticas feudales”, dijeron. Del lado del peronismo, el ministro de Gobierno de Axel Kicillof reconoció que no fue un día feliz para esa fuerza que quiere enfrentar a Milei.

Una por una

¿Pero, realmente quiénes ganaron en cada provincia? Vamos por parte, dijo Jack. En Salta Gustavo Sáenz ratificó que su pragmatismo (fue “dialoguista” con otros y ahora lo es con Milei) lo mantiene en la cima del poder. Obtuvo 11 de 12 bancas en el Senado y la mitad de las que estaban en juego en Diputados (20). Es el gran ganador en cuanto a los números y al futuro inmediato, pues mantiene el poder en la Legislatura, por ejemplo.

Sin embargo, LLA también puede gritar victoria. Se impuso en la capital salteña en pacto con el polémico Alfredo Olmedo para quedarse con una banca de senador y con seis para diputados. A la nada con la que llegó Milei al gobierno sin estructura propia, sentar nombres propios en cargos electivos no es menor. En otros centros urbanos grandes como Metán y Orán los libertarios también acumularon un buen número de papeletas. El peronismo, fragmentado e intervenido, hizo un papelón. Ahora, LLA es la segunda fuerza salteña.

Algo similar, pero con otro escenario y con otras fuerzas, ocurrió en Jujuy. El radicalismo de Carlos Sadir obtuvo cerca del 40% de los votos y quedó primero, mientras que los libertarios decidieron competir en soledad y recolectó alrededor de un 20% de las preferencias en las urnas. El también intervenido y fragmentado PJ salió tercero y para ellos el panorama es del único color que no tienen sus cerros: negro. LLA sentó siete parlamentarios y es la segunda fuerza política por esos lares.

En Chaco la estrategia fue diferente, pero con un objetivo similar: posicionar a LLA y destruir el mundo K cuyo rostro más conocido es el de Jorge Capitanich. En la única provincia en la que un jefe provincial de Juntos por el Cambio selló un acuerdo con el mileísmo los números resultaron satisfactorios. Le sacaron casi 12 puntos al justicialismo (45,27% a 33,49%), que antes había perdido la gobernación luego de 20 años en el poder. A ese triunfo y a la estrategia para conseguirlo se lo anota “El Jefe”.

Respecto de San Luis, los candidatos del mandatario provincial Claudio Poggi, que había terminado con el dominio en la provincia durante décadas de la dinastía de los Rodríguez Saá, obtuvieron un contundente resultado. Sacó el 47% de los sufragios. Lejos se ubicó la fuerza del exgobernador Alberto Rodríguez Saá, que alcanzaba el 26,50%. En esta oportunidad, La Libertad Avanza, por desacuerdos en el armado, decidió no participar. Pero se anota el triunfo por la cercanía de Poggi con la Casa Rosada y la derrota de “ese” peronismo.

Los datos de los comicios permiten arribar a algunas conclusiones:

Los oficialismos provinciales se imponen en las urnas, lo que evidencia que pesa la gestión, pero también el aparato.

Los mandatarios radicales ganaron con holgura, al igual que los peronistas cercanos a los libertarios. Todavía ningún peronista sin peluca se expuso al voto popular.

LLA se acomoda como una fuerza nacional, como segunda en algunos casos y comenzó a sentar a los suyos en cargos electivos.

La izquierda retrocedió en distritos donde había dado indicios de crecimiento, como en Salta y en Jujuy.

El peronismo antimileísta no está feliz. El kirchnerismo cede espacio donde era fuerte como expresión dentro del PJ.

El kirchnerismo mantiene una base importante, con pisos del 10% y techos del 30%, según el distrito.

Se consolida la visión de LLA, de imponer el sello por sobre los nombres, salvo excepciones de alianzas coyunturales como en Chaco.

El radicalismo se esfuma como tal en varios distritos.

Es cierto que los comicios provinciales no pueden equipararse a las contiendas nacionales, por motivos diversos de quiénes juegan, cómo y hasta qué se disputa. Sin embargo, los resultados también ameritan algunas preguntas, traspolando a Tucumán lo que hasta aquí viene sucediendo en el interior del país:

¿ Si el peronismo va dividido, podrá imponerse el que responde a Osvaldo Jaldo en las urnas?

¿Sirve o daña una eventual intervención al PJ?

¿Le alcanza a LLA para posicionarse en Tucumán si no forja alianzas?

¿Aquí también se desdibujará el radicalismo?

¿Y si radicales, libertarios y partidos afines van juntos, pasará lo de Chaco?

¿Qué tan lejos o cerca están los peronistas sin peluca del techo K de Capitanich o del piso jujeño?

¿Hay candidatos que más que ganar quieren que pierdan los otros?

¿Qué está dispuesta a ceder cada fuerza para ubicarse primera?

¿El ausentismo impactará en Tucumán como viene sucediendo hasta aquí; a quién beneficia o perjudica ello?

Mientras algunos se hacen los rulos y otros se comen las uñas, la mayoría aún se ampara en la indefinición. Escasean los candidatos (o sobran), se esquivan conversaciones y se imponen los egoísmos.

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