Jaldo lleva la campaña política a una nueva fase

Jaldo lleva la campaña política a una nueva fase

La política tucumana comenzó a cerrar el paréntesis que se había abierto por la ausencia del gobernador Osvaldo Jaldo y por la muerte del Papa Francisco. Y lo hizo sin previo aviso, la manera en que la realidad se impone casi siempre en esta tierra. Apenas aterrizó, el mandatario activó la campaña electoral que había dejado en pausa su licencia, pero con una novedad: ya sin las anteojeras puestas para no salirse de la interna peronista, sino con una mirada más amplia sobre el camino que deberá seguir hasta octubre.

La primera gran muestra de ese cambio de postura fue la arremetida en contra del diputado Roberto Sánchez. Lejos de tratarse de un acto reflejo o improvisado, el mandatario calculó su ráfaga y eligió el destinatario. El radical ya había sido su rival en los comicios por la gobernación, en 2023, por lo que conoce sus fortalezas y sus debilidades. Entre las primeras se destaca su aceptación social y, entre las segundas, su titubeo permanente. Algunas veces el ex corredor levanta la voz, otras veces la baja. Por eso la frase que más estudió Jaldo fue la última. “No creo que llegue a ser candidato, se va a caer antes”, lo desafió el titular del Poder Ejecutivo. El mensaje tiene un propósito claro: que el concepcionense aparezca como cabeza de una lista que aglutine al radicalismo y a buena parte de la oposición que hace dos años se presentó bajo el paraguas de Juntos por el Cambio. Pregunta al aire: ¿habrá sido este uno de los temas que conversó a solas con el legislador radical José Cano una semana antes de comenzar su licencia?

De cualquier manera, para Jaldo es una buena noticia que Sánchez lidere una de las opciones porque no compite con el peronismo, sino con La Libertad Avanza. Se trata de un mano a mano entre dos ofertas opositoras de similares características. Como contrapartida, el lanzamiento del radical es una mala noticia para el vicejefe de Gabinete de la Nación, Lisandro Catalán. Si algo pide el tucumano radicado en Buenos Aires es que no se “infle” al diputado nacional, y eso es lo que justamente comenzó a hacer Jaldo esta semana. Porque la consecuencia de esa polarización con el ex líder de JxC es inevitable: los libertarios se quedarán hablando en soledad. Pasó este mismo jueves: un tibio pronunciamiento de LLA Tucumán en contra del envío de fondos a las comunas rurales pasó casi desapercibido.

El tranqueño, en paralelo, avanza con otro de sus propósitos: que se provincialice la elección de diputados nacionales. De esa manera, evita los riesgos de confrontar con el presidente Javier Milei, uno de los asuntos que más preocupa al gobernador. Principalmente, porque la postura dialoguista le permite conservar ciertos privilegios, como por ejemplo la reanudación de las obras de viviendas del Procrear II. Esta semana, el ministro de Economía Daniel Abad estuvo en Buenos Aires para cerrar el financiamiento del Banco Nación a la construcción del emprendimiento habitacional, ahora en manos de la Provincia. Y eso sólo es posible con un guiño político de la Casa Rosada, algo que el tucumano no está dispuesto a perder por el fuego electoral.

Hay otro dato al que la Casa de Gobierno le prestó atención en las últimas horas: el anuncio de CREO de que no será parte de la lista de La Libertad Avanza. Se venía especulando mucho sobre la posibilidad de que la diputada Paula Omodeo, cuyo mandato vence en diciembre, sea quien secunde a Catalán en la nómina mileísta. Sin embargo, ayer el propio partido se encargó de aclarar que no está dispuesto a perder su identidad. “Nosotros seguimos trabajando como CREO. “Si algún día se llegara a dar una alianza, será posterior y como consecuencia nuestro partido esté sólido”, expresó Sebastián Murga en un comunicado. ¿Se puede decir que CREO le cerró la puerta a una lista común con LLA? En política nada es para siempre, pero en esta agrupación están convencidos de que la dispersión opositora puede ayudarlos a revalidar la banca que pondrán en juego. No obstante, en el entorno libertario y en el de CREO consideran que hay margen para explorar un acuerdo electoral en este año, pero con la mirada puesta en 2027. Y ahí suena el nombre del propio Murga como postulante de LLA a la Intendencia de Yerba Buena.

Si el abanico opositor de centro derecha se divide en tres, o cuatro si es que Ricardo Bussi finalmente se lanza como candidato, al gobernador entonces le queda por delante cerrar las filtraciones internas para evitar una fuga de votos. Por ejemplo, Libres del Sur deberá esta vez jugar por “dentro” del oficialismo y no como un satélite aliado. Es parte de la misión territorial que se le ha encomendado en este tiempo el ministro de Desarrollo Social, Federico Masso. Otro trabajo retomado por Jaldo es la puesta en valor del “tráiler sanitario político”, que ayer atendió en el antedespacho de la Gobernación a una decena de ex intendentes del peronismo.

Por separado

Con tanta intensidad regresó Jaldo que ayer se hizo espacio para reunirse por separado con el vicegobernador, Miguel Acevedo; y con la intendenta Rossana Chahla. Al mandatario aún le pesa que ninguno de los dos quiera estampar su apellido en la lista oficial de manera testimonial; por lo que las invitaciones de ayer tuvieron la finalidad de involucrarlos más en la campaña, y con un rol más comprometido en el proceso electoral. Con el presidente de la Cámara analizó la marcha de la reforma política y se interiorizó en particular sobre la Boleta Única Electrónica. Se trata del sistema que utiliza Salta y que más seduce al ex ministro del Interior. En ese punto el debate, más allá de algunos reparos internos, avanza sin contratiempos al ritmo que impone Acevedo; la traba sigue siendo la misma: el acople. La resistencia entre los referentes del interior no cesa y algunas de las voces más reticentes a las restricciones son las de Sergio Mansilla (Aguilares) y Aldo Salomón (Alderetes), tercera y cuarta autoridad institucional de Tucumán, respectivamente. Con la jefa municipal de la Capital la charla giró en torno a asuntos de gestión, pero también a la necesidad de sostener la unidad del peronismo provincial.

El impasse político se sintió también en los decibeles de la interna justicialista. Los roces con el sector antimileísta, que avanza en su armado para presentar lista por fuera del jaldismo, sólo estuvieron marcados por un hecho ajeno a la política: la violenta irrupción de la Policía en un domicilio de Tafí Viejo que terminó con menores heridos el fin de semana pasado. La gestión taficeña, que conduce políticamente Javier Noguera, reprochó los excesos policiales. Pero las únicas voces que se alzaron en el recinto de la Legislatura el jueves sobre este asunto fueron de bancadas enfrentadas a “El Comisario”.

Hay otra realidad que quedó expuesta tras esta pausa de un par de semanas. El silencio de estos días muestra que es el gobernador quien debe alzar la voz para activar la campaña, sostener la defensa de la gestión e insistir al resto para que asuman el compromiso de trabajar con miras a octubre. Hasta las oposiciones internas y foráneas se diluyen cuando el mandatario baja el tono proselitista. Y la única explicación para este fenómeno es que, a cinco meses de las elecciones, aún no tiene un candidato claro que vaya a encabezar la lista.

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