La historia de Francisco y un cura tucumano: una bendición, un abrazo y una promesa al oído

La historia de Francisco y un cura tucumano: una bendición, un abrazo y una promesa al oído

El sacerdote Luis Zazano reveló el mensaje que el Papa le susurró en Roma, y cómo ese encuentro cambió su forma de evangelizar.

24 Abril 2025

En la voz del padre Luis Zazano muchos tucumanos encontraron, alguna vez, un instante de calma. Lo conocen por sus audios virales con reflexiones del Evangelio, por su cercanía y sencillez. Pero detrás de ese tono cálido, hay una historia marcada por un encuentro ocurrido en 2015 que lo cambió para siempre: un abrazo del papa Francisco en el corazón del Vaticano… y un susurro al oído que aún hoy lo acompaña: “Quédate tranquilo, hijo. Todo va a estar bien y vas a ver que vas a evangelizar”.

La frase llegó como un bálsamo, en medio de una época en la que hablar de evangelización digital aún sonaba raro. “En ese momento no lo entendía, pero después lo fui comprendiendo”, confesó el sacerdote, conmovido, en una entrevista con LA GACETA.

Francisco ya no está. Y en Tucumán, como en todo el mundo, la Iglesia se prepara para despedirlo con emoción y gratitud. Este martes, a las 20.30 en la Catedral de la Arquidiócesis, el arzobispo Carlos Sánchez encabezará una misa especial en su memoria. El evento forma parte del novenario universal que sigue a las exequias de un pontífice. Es oración, sí, pero también homenaje. “Daremos gracias a Dios por estos 12 años del papa y rogaremos por su eterno descanso”, dijo Zazano.

Y no será el único gesto. Canales transmitirán en vivo el funeral desde Roma, y cada parroquia tucumana podrá organizar vigilias, momentos de oración o simples encuentros para seguir el último adiós. “El obispo alentó a que los grupos juveniles puedan reunirse. Será un momento muy especial, como cuando salió elegido Papa y todos nos juntamos a celebrar”, recordó el cura.

Cinco encuentros

Zazano tuvo cinco momentos con Francisco. El primero fue en 2013, durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Ahí lo vio por primera vez como Papa. “Nos dijo que hiciéramos lío, que sacudiéramos la Iglesia. Era energía pura”, rememoró.

Luego, en 2015, la historia cambiaría de tono. En San Pedro, recibió el ya célebre abrazo y el mensaje al oído. Pero antes, algo más simbólico: el Papa le bendijo el celular. “Me dijo: que este sea tu modo de evangelizar”, relató, aún con asombro. Para ese entonces, hablar de fe en redes no era tan común.

IMAGEN TOMADA DE FACEBOOK

En 2023, luego de la operación de colon que debilitó al pontífice, lo volvió a ver. Fue una audiencia serena, íntima, donde Francisco le pidió simplemente: “Recen por mí para que esta enfermedad no me venza”.

Luis también reveló una de las postales más humanas de Francisco: su necesidad del pueblo. “Cuando estaba triste o tenía que tomar decisiones importantes, buscaba el contacto con la gente. Le hacía bien el cariño”, aseguró.

Recordó incluso cómo, pese a la insistencia de los guardias, el Papa no dudaba en tomar mate con los argentinos. “A mí me hizo el chiste de siempre: ¡Ah, tucumano!, y se agarró los bolsillos. Era de verdad, cercano”.

Ese mismo impulso fue el que, la semana pasada, lo llevó a salir de manera casi anónima a la Plaza San Pedro, enfundado en un poncho, a saludar a los fieles tras la bendición de Pascua. “Dijo: Gracias por llevarme a la plaza… Eso lo dice todo”, comentó Luis, visiblemente emocionado.

Mientras los cardenales de todo el mundo ya comenzaron a reunirse para el Cónclave, Zazano admite que aún no está listo para pensar en el próximo Papa. “Déjame hacer el duelo”, pidió.

Reconoce la mezcla de emociones: la tristeza por la partida de un líder que dejó huella, y la esperanza en que el Espíritu Santo guíe la elección. “De los 133 cardenales votantes, casi 50 no fueron elegidos por Francisco. Pero el resto sí. Hay un camino marcado”, explicó.

Una vigilia en Las Talitas

Este sábado, mientras en Roma suenen las campanas por Francisco, en la parroquia San José Obrero de El Colmenar, donde Zazano es párroco, se encenderán velas y se unirán las manos. Harán una vigilia, una misa. Una despedida sencilla pero profunda.

“Vamos a contemplar desde la oración este último momento. Y luego, celebrar en acción de gracias por su vida y su testimonio”, cerró.

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