Como cada día, el santoral católico recuerda hoy la vida y legado de figuras que, con su fe y compromiso, dejaron huella en la historia espiritual de la Iglesia. El 24 de abril se celebra, entre otros, a San Fidel de Sigmaringa, mártir del siglo XVII cuya historia sigue inspirando a creyentes de todo el mundo.
San Fidel de Sigmaringa, cuyo nombre de nacimiento era Marcos Rey, fue un sacerdote capuchino alemán que dedicó su vida a la predicación y a la defensa de la fe en tiempos de profundas tensiones religiosas. Nacido en 1577, ejerció primero como abogado antes de ingresar en la orden franciscana. Durante su labor misionera en Suiza, fue asesinado en 1622 por un grupo de opositores religiosos, convirtiéndose así en mártir. El papa Benedicto XIV lo canonizó en 1746 y lo proclamó "protomártir de la Congregación de Propaganda Fide", institución vaticana encargada de las misiones.
Además de San Fidel, el calendario litúrgico conmemora a otras figuras destacadas:
San Benito Menni, sacerdote italiano del siglo XIX, fundador de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Fue un pionero en la atención psiquiátrica desde una perspectiva cristiana y humanista. Fue canonizado por Juan Pablo II en 1999.
San Alejandro, obispo de Lyon, recordado por su firmeza doctrinal y su entrega pastoral durante las persecuciones del siglo III.
Santa María de Cleofás, discípula de Jesús mencionada en los evangelios, a quien la tradición venera como una de las mujeres que estuvieron al pie de la cruz.
Estas conmemoraciones no solo forman parte de una tradición espiritual, sino que invitan a reflexionar sobre los valores de servicio, fe, valentía y compasión en tiempos de adversidad. Para muchos creyentes, recordar el santoral es también una manera de conectar con una historia de esperanza y compromiso que trasciende los siglos.