Antes de convertirse en el líder espiritual de más de mil millones de católicos, Jorge Mario Bergoglio vivió una juventud plena de experiencias terrenales. Nacido en Buenos Aires en 1936, su camino hacia el sacerdocio no fue inmediato: trabajó en diversos oficios y estudió Química antes de ingresar a la Compañía de Jesús.
Estas vivencias tempranas no sólo le proporcionaron habilidades prácticas, sino que también influyeron en su enfoque pastoral caracterizado por la humildad y la cercanía con la gente común.
Sus primeros trabajos y estudios
En su adolescencia, Bergoglio obtuvo el título de técnico químico en la Escuela Técnica N.º 27 "Hipólito Yrigoyen" de Buenos Aires. Posteriormente, trabajó en un laboratorio dedicado al control de higiene de alimentos, donde desarrolló una perspectiva analítica y metódica. Además, desempeñó funciones como portero en una discoteca, una experiencia que él mismo relató como significativa en su crecimiento personal.
Estas ocupaciones le ofrecieron una visión del mundo laboral y de las realidades cotidianas de las personas, aspectos que más tarde influirían en su enfoque pastoral como sacerdote y, eventualmente, como Papa.
Transición a la vida religiosa
A los 21 años, una enfermedad grave lo llevó a reflexionar profundamente sobre su vida, lo que resultó en su decisión de ingresar al seminario diocesano de Villa Devoto. En 1958, se unió al noviciado de la Compañía de Jesús, iniciando su formación religiosa. Completó estudios de humanidades en Chile y, al regresar a Argentina, obtuvo una licenciatura en Filosofía en el Colegio San José de San Miguel. Posteriormente, cursó Teología en el mismo colegio, y obtuvo otra licenciatura.
Durante su formación, también se desempeñó como profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, y en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De una u otra manera, como portero de una discoteca o profesor, Francisco estuvo siempre en contacto con jóvenes: quizá de allí provenga la fluidez con la que, como pocos pontífices, pudo hablarles y transmitirles valores fundamentales.