“Si te aumentan el precio, no compres”. La cruzada que lanzó el presidente Javier Milei, a través de las redes sociales, no cesa. El Gobierno nacional está decidido a bajar las expectativas en el mercado para que el nuevo régimen cambiario no implique, lisa y llanamente, una devaluación brusca, sino que contribuya a fortalecer el poder de fuego del Banco Central a través de una acumulación de reservas internacionales de divisas.
No obstante, los expertos creen que la flotación entre bandas traerá efectos inmediatos sobre precios, actividad y flujos financieros. Se espera una devaluación inicial moderada, necesaria para estimular la liquidación de exportaciones, dice Milagros Gismondi, analista de Cohen Aliados Financieros. “Aunque el tipo de cambio podría superar niveles actuales en un primer momento, luego tendería a estabilizarse a medida que ingresen dólares de la cosecha y se consolide la confianza”, subraya la economista.
A su criterio, este ajuste tendrá un impacto inflacionario transitorio. Un salto cambiario del 10% podría sumar unos 5 puntos porcentuales a la dinámica de precios en los primeros meses. Un ajuste cambiario inicial en el orden del 10% podría trasladarse a precios con un impacto adicional cercano al 5%, llevando la inflación a niveles de 5,2% mensual en abril y 6/7% en mayo. “Si ese shock se mantiene contenido, la dinámica desinflacionaria debería retomar en los meses siguientes y que hacia octubre los registros mensuales converjan nuevamente en torno al 2%, cerrando el año cerca del 40% interanual”, proyecta la experta.
La eliminación del dólar blend canaliza la demanda al mercado oficial, reduciendo la presión sobre los dólares financieros y achicando la brecha. A nivel sectorial, el reacomodamiento de precios y tasas afectará en el corto plazo al consumo y a la inversión. Pero a mediano plazo, el levantamiento parcial del cepo y un esquema más previsible podrían favorecer la llegada de inversiones, en especial en sectores exportadores que venían afectados por la apreciación, observa.
Gismondi acota que el programa financiero otorga liquidez y tiempo, pero el verdadero desafío será sostener la confianza, máxime en un año electoral y perdiendo el principal activo político de la actual gestión: la desinflación. La eliminación parcial del cepo representa un cambio de régimen significativo, y la decisión de priorizar la consistencia macroeconómica por sobre los tiempos políticos marca un punto de inflexión para la economía argentina reciente, argumenta.
Respuesta optimista
Durante la semana corta, la respuesta del mercado financiero fue más que optimista en el nuevo período pos cepo cambiario: la renta variable se catapultó un 9,3% en dólares respecto del viernes 11 (antes de los anuncios oficiales) y los bonos soberanos subieron cerca del 8%. En este marco, el riesgo país se hundió a los 745 puntos básicos (-130 puntos) y volvió a los niveles de comienzos de marzo, previo a la corrida sobre el mercado oficial, indica Ecolatina.
Respecto del esquema de bandas, el equilibrio transitorio de la semana estuvo lejos de ser explosivo. La convergencia entre el dólar mayorista y el Contado con Liquidación (CCL) tendió hacia los $ 1.200 (justo al medio de la banda) durante las primeras dos ruedas, con la brecha colapsando hasta el 3% (versus cerca del 25% el viernes 11).
Según la consultora, la normativa que permite el ingreso de no residentes al mercado libre de cambios reformuló el carry trade en dólares. La expectativa de un mayor ingreso de capitales al mercado oficial, aumentando potencial y sustancialmente la oferta de divisas sembró la idea de que el tipo de cambio comience a dirigirse a la banda inferior, tal como deslizó el gobierno que tienen la intención que suceda y el lugar donde el Banco Central realizará compras (por el momento, no intervino a pesar de poder realizarlo al interior de la banda). A la par, un salto inicial menor al esperado, un dólar a la baja y expectativas de devaluación estable contribuyen a un sendero inflacionario menos empinado al estimado inicialmente, acota Ecolatina.
En este nuevo proceso, hubo roces entre el Palacio de Hacienda y algunas fábricas por la nueva lista de precios poscepo que implicaban reajustes de entre 9% y 12%. “#BuenViernes. Los supermercados rechazaron a las empresas de alimentos que aumentaron sus precios. Acordate. Si te aumentan los precios, no compres. #ViernesSanto”, posteó el Presidente para levantar la apuesta.
Milei se encuentra frente a otro dilema de gestión: tratar de acumular más reservas para fortalecer al Banco Central y bajar las expectativas inflacionarias, en medio de la observación permanente de su principal acreedor: el Fondo Monetario Internacional..