Un hallazgo que podría cambiar nuestra comprensión del universo acaba de ser revelado por la NASA. El telescopio espacial James Webb, el instrumento más avanzado jamás enviado al espacio, detectó posibles indicios de "biofirmas", o pruebas de vida, en un exoplaneta ubicado a cientos de años luz de la Tierra.
El descubrimiento fue realizado durante el análisis de la atmósfera de un planeta que orbita una estrella lejana. Los científicos identificaron la presencia de ciertos compuestos que, en nuestro planeta, están vinculados con procesos biológicos. Aunque aún no se trata de una confirmación definitiva, el hallazgo abre nuevas preguntas sobre la posibilidad de vida más allá del sistema solar.
“Lo que hemos hallado por el momento son indicios de una posible actividad biológica fuera del sistema solar. Francamente, creo que esto es lo más cerca que hemos estado de observar una característica que podamos atribuir a la vida”, explicó Nikku Madhusudhan, astrofísico de la Universidad de Cambridge y autor principal del análisis.
El científico también advirtió que se debe tratar el tema con cautela, ya que hacen falta más investigaciones para confirmar fehacientemente los descubrimientos y su correlación con los posibles organismos extraterrestres.
Telescopio James Webb: ¿qué se sabe del exoplaneta donde detectaron pruebas de vida?
K2-18b es uno de los candidatos más prometedores para albergar vida fuera del sistema solar. Su ubicación dentro de la zona habitable de su estrella sugiere la posible existencia de agua líquida en su superficie.
En 2023, un equipo de astrónomos que trabaja con el telescopio James Webb detectó en su atmósfera metano, dióxido de carbono y una molécula particularmente intrigante: DMS, una sustancia que, en la Tierra, solo es producida por organismos vivos.
El James Webb estudia exoplanetas a través de la espectroscopía, una técnica que analiza la luz estelar cuando atraviesa la atmósfera de estos cuerpos celestes. Cada vez que un planeta transita frente a su estrella, la luz se filtra a través de sus gases y el telescopio registra cómo cambia esa luz.
Esa información permite identificar las moléculas presentes en la atmósfera, ya que cada una deja una huella específica en las longitudes de onda absorbidas y dispersadas. Fue así como los científicos encontraron compuestos como el metano, el dióxido de carbono y el DMS, todos ellos posibles señales de condiciones aptas para la vida.
“Es la primera vez que vemos moléculas de biofirma —o potenciales biofirmas, conocidas por su origen biológico en la Tierra— en la atmósfera de un planeta ubicado en la zona habitable”, declaró Madhusudhan.
No obstante, varios especialistas en la materia recalcan que, para aceptar que estas moléculas son realmente biofirmas, se necesitarán más observaciones y experimentos adicionales.