Nadie puede dudar de la identidad argentina de Adrián Suar, desplegada desde que comenzó en la actuación en televisión hasta su última película, que hoy se estrena en las salas locales: “Mazel Tov” es una nueva comedia familiar liviana, tan propia de su estilo.
Sus intervenciones en la pantalla o en el escenario y sus producciones rebosan de costumbres nacionales y de formas de ser del porteño -especialmente-, con los tics clásicos del personaje simpático, canchero, amigo de todos y entrador. Sin embargo, Adrián Kirzner Schwartz (tal su nombre real) no nació en el país: hijo de la actriz Lilian Keller y del cantante lírico Yehuda “Leibele” Kirzner Schwartz, llegó al mundo el 25 de marzo de 1968 en el barrio de Queens, Nueva York, donde sus padres estaban instalados artísticamente. Ya desde la cuna, su destino de las tablas estaba marcado, y él potenció su interés por los vínculos al extremo en cada proyecto: no es casualidad que su productora se llame Pol-Ka, el apodo de su abuela materna que los ayudó cuando regresaron al país.
Todo ese entramado se proyecta en sus relaciones de pareja y en su descendencia. Estuvo casado con las actrices Araceli González y con Griselda Siciliani, y de su primer matrimonio nació su hijo -actor- Tomás Kirzner, quien tiene ya recorrido propio.
Si a ese rompecabezas de afectos se le suma una carga religiosa, el resultado es la película que se podrá disfrutar desde esta tarde en el país, con la cual busca afianzarse como el nuevo monarca argentino de un subgénero que coquetea con lo emocional y sentimental más lo humorístico con ciertos toques del absurdo, para terminar destacando la importancia de la familia por encima de los intereses personales y económicos.
Para llegar a este espacio recorrió un muy amplio camino que se inició en 1981 (en Canal 9 y con 13 años) cuando debutó en la serie “El papá garrón de los domingos” y dos años después ya brilló en “Pelito”. “Por siempre amigos” operó de algún modo como cierre de una etapa para pasar a lo juvenil con “La Banda del Golden Rocket” y comenzar su propia productora que le aportó éxitos como “Poliladron”, “22 - El loco”, “Sin código”, “Son amores” y “Solamente vos” con él en pantalla y decenas de otros títulos memorables como actor, productor o creador, que lo llevó a ser gerente de programación de Canal 13.
En el sendero artístico, el cine fue su segunda casa, con títulos como “Comodines”, “Cohen vs. Rosi”, “Un novio para mi mujer”, “Dos más dos” y “El hijo de la novia”, nominada al Oscar.
Menos presencia tuvo en el teatro, pero sumo nombres destacados como “La cena de los tontos”, “El año que viene a la misma hora”, “La guerra de los roces” y “Dos pícaros sinvergüenzas”, para redondear numerosos premios Martín Fierro por sus realizaciones; dos Tato y dos Estrella de Mar como actor, y el Konex de Platino 2001 como el mejor productor de la década.
En su largo trayecto, compartió elencos con Alfredo Alcón, Andrea Del Boca, Nancy Dupláa, Nicolás Cabré, Valeria Bertuccelli, Florencia Bertotti, Carla Peterson, Natalia Oreiro, Guillermo Francella, Julieta Díaz y Juan Minujin, entre muchos más.
Un velorio y una boda
Ahora Suar compone a Darío Roitman, un hombre que reside hace mucho tiempo en Estados Unidos alejado de toda su familia que quedó en la Argentina. El reencuentro se producirá cuando decide regresar al país natal para asistir al casamiento de su hermana Daniela y también al bat mitzva de su sobrina. “Durante su regreso, recibe la noticia de que su padre Salomón falleció, lo cual complica los planes de la boda y la relación entre los cuatro hermanos”, se adelanta en la sinopsis.
Los otros estrenos de la semana que podrán verse en las salas tucumanas son: “Drop, amenza anónima” (thriller), “El día que la tierra explotó, Loone Toons (infantil), “Pecadores” (terror) y “Tierras perdidas” (aventura).