El presidente Javier Milei ratificó que su intención es avanzar con un modelo en el que las provincias argentinas tengan libertad para competir, entre ellas, en busca de inversiones. Lo hizo, esta última semana, durante un discurso en los Estados Unidos tras ser distinguido con el premio “Titán de la Economía”. El anuncio, aunque incipiente, se suma a una presión cada vez más fuerte de las autoridades nacionales para que las provincias y los municipios reduzcan su presión fiscal hacia los contribuyentes.
Milei reivindicó el modelo institucional de EE.UU. por haber conservado una base amplia de libertad para el sector privado. Según el mandatario, esto se debe al diseño federal de un sistema político en el que cada estado goza de relativa autonomía e independencia respecto al Gobierno federal. “La competencia es la regla. Hacía allí es donde nosotros queremos ir. Vamos a un sistema de disputa fiscal entre las provincias para que estas puedan decidir qué carga fiscal imponen a los ciudadanos y qué servicios ofrecen a cambio”, planteó en su mensaje ante referentes empresarios de todo el mundo.
Según un relevamiento realizado por LA GACETA, la idea de la competencia entre provincias parece chocar con el modelo republicano y federal que establece la Constitución nacional. También encuentra reparos en referentes políticos de todas las provincias del norte argentino, a las que les preocupan las asimetrías que tiene esta región con la zona pampeana. Sin embargo, la necesidad de realizar una reforma tributaria de fondo suma coincidencias.
Cambio de reglas
Un informe publicado por el Cippec consigna que el federalismo fiscal argentino sufre de un elevado desequilibrio, producto de la asignación de potestades tributarias y responsabilidades de gastos entre los diferentes niveles de gestión. Durante décadas, Nación concentró la distribución de recursos y los repartió con un criterio político. “Látigo y billetera”, fue la frase con la que la oposición explicó el funcionamiento del régimen fiscal durante los años del kirchnerismo. Un criterio similar se aplicó al interior de cada provincias con sus municipios.
La administración de Milei planteó un cambio en las reglas de juego desde su llegada a la Casa Rosada. Redujo casi a cero el reparto de fondos discrecionales a las provincias y comenzó el traslado de responsabilidades a las administraciones locales en varias áreas, incluyendo salud y educación. Decidió, además, cortar de cuajo la obra pública que se financiaba con recursos federales en todo el país.
Reclamo insistente
Luis Caputo, ministro de Economía, utilizó la red social X para ratificar que se busca bajar presión impositiva en el interior del país. El funcionario mantiene un fuerte embate en contra de los tributos y tasas locales.
“Todavía no hemos visto una provincia reducir Ingresos Brutos, sin lugar a duda el peor imopuesto que una economía puede tener. Al contrario, muchas lo han subido, y algunas a niveles aberrantes. Ni hablar de algunos municipios, que están directamente estafando a sus vecinos con tasas municipales que no tienen ninguna correlación con las prestaciones que brindan”, lanzó también desde Estados Unidos.
La Real Academia Española define a la palabra “competir” como en ejercicio en el que las partes en pugna aspiran “con empeño a una misma cosa”. Un primer repaso de las estadísticas comparativas entre las provincias argentinas muestra diferencias notables casi todos los rubros. En términos futboleros, hay algunas que aspiran a copas internacionales y otras casi condenadas al descenso. El régimen federal cruje y las alertas. El debate está abierto.
Puntos de vista
Punto de vista I: “Tendrán que trabajar con inteligencia para atraer a los inversores”
Carmen Fontan
Constitucionalista, docente UNT
El esquema de la Constitución originaria de 1853 preveía que los impuestos directos, aquellos con mayores posibilidades de recaudación, pertenecían a las provincias. Nación solo podía establecer tributos de ese tipo en situaciones extraordinarias, en una guerra por ejemplo, y por un tiempo determinado. Después estaban previstos los impuestos indirectos que pueden ser externos, como los derechos aduaneros que son competencia del Estado Federal, o internos que son concurrentes entre la administración central y las provincias.
El problema histórico es que se produjo una usurpación que comenzó en la década del 30, con el gobierno de facto que derrocó a Hipólito Yrigoyen, y que se extendió en el tiempo. La actual ley de Coparticipación Federal vino, de algún modo, a blanquear esa situación pero los principios previstos por nuestra Carta Magna no se modificaron.
El poder impositivo es de las provincias que tienen, a la par de Nación, su propio tesoro. Sus principales ingresos son los tributos locales. El debate que se plantea respecto de la reducción impositiva en las provincias todo el país es muy interesante porque va a implicar un reordenamiento importante que podría facilitar la vida del ciudadano.
Las provincias, dentro de su autonomía financiera y administrativa, pueden crear los impuestos que consideren necesarios. Serán aquellas jurisdicciones que con mayor inteligencia manejen este tema, las que podrán atraer la mayor cantidad de inversiones para sus territorios. Hay precedentes judiciales muy contundentes en el ejercicio del federalismo en su máxima expresión. Es muy importante reconocer que la descentralización institucional es un poderoso instrumento para el desarrollo de las regiones, ciudades y distintos tipos de actividades comerciales, productivas, sociales y culturales.
En Tucumán tampoco hay que descartar la necesaria definición sobre mejoras en la calidad institucional con la incorporación de normas que regulen el acceso a la información pública, que mejores la transparencia del Estado y también la cuestión electoral. El tema fiscal exige, además, una definición que incluya a municipios y comunas rurales. Tiene que haber un plan coordinado desde el punto de vista fiscal e impositivo para evitar superposiciones y recargas a la gente. Ingresos Brutos, por ejemplo, es un tributo regresivo que obliga a ser pagado varias veces. Hay propuestas interesantes para los cambios impositivos que se proponen, como la que realizó la Federación Económica. Hay que actuar con inteligencia.
Punto de vista II: "Estamos en desventaja"
Beatriz Avila
Senadora nacional por Tucumán
La discusión que se plantea tiene dos caras. La primera son las asimetrías que tiene el norte argentino con la zona más desarrollada del país, la otra es la necesidad de que las provincias bajen su presión fiscal. En este último punto, estamos plenamente de acuerdo y es un debate que queremos dar. Hay que sacarle el pie de la cabeza a quienes generan empleo y desarrollo. Pero, la realidad es que plantear hoy un modelo de competencia entre provincias es casi un suicidio. Está claro que Tucumán, al igual que el resto del NOA y el NEA tiene problemas complejos para producir, exportar y generar riqueza frente a otras zonas que tienen muchas más ventajas por su cercanía con el puerto. El Estado debe eliminar esas distorsiones con políticas activas que impliquen, entre otras cosas, obras públicas y eliminación de trabas fiscales. Los cambios deben ser de fondo, pero para que la gente esté mejor.
Punto de vista III: "Una propuesta centralista"
Ricardo Daives
Diputado nacional, Santiago del Estero
La propuesta del presidente es otra muestra del centralismo que busca profundizar las desigualdades. En lugar de fomentar la cooperación y la solidaridad entre las provincias, se propone una competencia que las haga enfrentar entre sí. Lamentablemente, esta visión contradice el modelo de federalismo consagrado en nuestra Constitución Nacional, que promueve un desarrollo equilibrado y equitativo en todo el país. Una forma concreta, de potenciar el Norte Grande, es con la creación de regiones. Se busca un desarrollo sostenible y crecimiento económico. Las relaciones permitirían articular esfuerzos entre las provincias para superar las desigualdades estructurales, optimizar recursos y generar una visión compartida de progreso. Este enfoque integrado es esencial para garantizar un futuro más equitativo y sostenible para la región.
Punto de vista IV: "Los gobiernos no son empresas"
Alejandro Vilca
Diputado nacional, Jujuy
Un planteo como el que realiza el presidente es una locura, sin ninguna duda, y además atenta contra el federalismo. No se puede mirar a las provincias como si fueran empresas que deben competir por mercados, fondos o inversiones. Nuestro país está organizado desde el federalismo, que se inspira en la hermandad entre los pueblos. En el norte, está claro que nos unen esos lazos que son históricos pero también sociales, raciales y culturales que hacen a nuestra identidad. Tenemos que fortalecer la unidad como Nación y no dividirnos más. Jujuy, provincia a la que represento, puede tener ventajas en minerales pero necesita de lo que puede generar Tucumán o Salta en las actividades agropecuarias o la siderurgia que tanto desarrollo tienen en otras regiones. Hay que rechazar este tipo de ideas con contundencia.
Punto de vista V: "Se ignora la historia del país"
Flavio Fama
Senador nacional, Catamarca
Argentina tiene una realidad que no se puede desconocer. El desequilibrio entre la zona núcleo y las provincias como las nuestras es evidente. El presidente Javier Milei tiene una enorme vocación por parecerse a los Estados Unidos, pero ignora la historia. La experiencia nos enseña que, al contrario de la competencia, las provincias del norte pudieron desarrollarse cuando el Estado impulsó promociones industriales o diferimientos impositivos que rompieron esas diferencias con las zonas más productivas. Por otro lado, está claro que la mayoría de los gobernadores no quieren reformas impositivas. La gestión de Mauricio Macri propuso bajas graduales de Ingresos Brutos, ellos acordaron , pero luego aumentaron. Hasta el momento, no hemos podido discutir cambios en la Ley de Coparticipación, parece complejo un escenario como el que se propone.