Natalia Gronda, psicóloga especialista en infancias, explicó a LA GACETA las consecuencias del uso excesivo de dispositivos electrónicos en el desarrollo de los niños. Según Gronda, esta práctica reduce las oportunidades de interacción social y dificulta el aprendizaje emocional. “El constante uso de pantallas restringe los intereses de los niños. Si no se les ofrecen alternativas de juegos o actividades fuera de línea, puede consolidar un estilo de vida sedentario, contribuyendo a la falta de desarrollo de habilidades motrices”, indicó. Además, afirmó que la exposición constante a la tecnología afecta la capacidad de los niños para interpretar y expresar emociones, complicando su desarrollo social y emocional.
Gronda también señaló que las colonias de verano pueden desempeñar un papel importante para contrarrestar estos efectos, siempre que se ofrezcan entornos que motiven la participación infantil y se facilite un período de adaptación. “Es clave proporcionar un ambiente que invite a los niños a involucrarse. En grupos pequeños, la integración es más sencilla”, comentó. Además, remarcó la importancia de que los padres fomenten actividades al aire libre y grupales, estableciendo límites claros en el uso de dispositivos electrónicos para equilibrar el tiempo frente a las pantallas y las experiencias cara a cara.
Por su parte, Cecilia López, psicóloga especializada en niños, analizó el impacto de la tecnología en el desarrollo emocional y cognitivo de los menores. Según la especialista, el uso prolongado de dispositivos electrónicos puede generar falta de límites claros, lo que se traduce en insatisfacción y sensación de carencia emocional. “El exceso marca una falta de límite, y toda falta de límites tiene consecuencias drásticas en el futuro de un niño, como la insatisfacción continua y el vacío emocional”, sostuvo.
En relación con las habilidades motrices y la creatividad, López explicó que el abuso de la tecnología puede generar tensiones físicas, como dolores en manos y brazos, y afectar la motricidad fina, dificultando tareas básicas como escribir o manipular objetos. Además, indicó que esta dependencia puede inhibir la imaginación y la capacidad de crear juegos, historias o dibujos, limitando el desarrollo cognitivo. “Las funciones de la inteligencia, como la atención, percepción, memoria y concentración, pueden verse ralentizadas, afectando la creatividad y la imaginación”, añadió.
Finalmente, López subrayó que no se trata de demonizar la tecnología, sino de buscar un equilibrio saludable que permita combinar actividades en línea con experiencias fuera de pantalla, sin perder el contacto con la realidad.
Recomendaciones
Los profesores coinciden en que el éxito de una colonia de verano depende no solo de las actividades, sino también del compromiso de los padres. Entre sus recomendaciones destacan:
- Enviar a los niños con ropa cómoda, protector solar, repelente y pertenencias etiquetadas.
- Fomentar la independencia de los niños en tareas como cambiarse o ir al baño.
- Alimentarlos bien antes de las actividades y asegurarse de que se mantengan hidratados.
- Estar atentos a cómo se sienten y qué aprendieron cada día.
Además de las experiencias compartidas por los organizadores de colonias, a continuación, un listado de las colonias de verano que están funcionando actualmente en distintas localidades de Tucumán.