Signos y actos exteriores

14 Feb 2021
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Signos y actos exteriores

Decir que el amor tiene mucho de misterio no es una novedad. Como que “el corazón tiene razones que la razón no conoce” o que en la instancia de seducción se ponen en juego habilidades que no son precisamente innatas, sino que hay que cultivar. Hoy quizás más que antes es común escuchar a personas que dicen sentirse desconcertadas respecto a los sentimientos de otro/a que les interesa. Las redes sociales y sus múltiples canales colaboran a estas confusiones. “Me saluda pero después me clava el visto”, “nos reaccionamos a las stories pero todo queda ahí”, “hablamos de salidas a futuro que después no se concretan”, “pasamos todo un día juntos y después no sé bien cuándo volver a hablarle”, “hay sexting pero no hay encuentro”… Todos hemos escuchado declaraciones de este tipo, y no precisamente en adolescentes: son los más grandes los que tienen dificultad para descifrar estos mensajes y los que, cuando se han enganchado, no se resignan tan fácil al “simplemente no te quiere”.
Aunque para estas interacciones no hay recetas y probablemente la respuesta a tanta duda es la más simple que pueda darse, nunca está de más repasar alguno de los deliciosos fragmentos que nos regala Vatsyayana, en el Kamasutra, el manual por excelencia de las artes amatorias. Por ejemplo cuando se refiere a “los signos y actos exteriores por los cuales se mueve invariablemente el amor de una joven”: 
-Ella no mira nunca al hombre a la cara, y enrojece cuando él lo hace;
-con un pretexto u otro, le hace ver sus miembros y le mira disimuladamente cuando él se aleja de ella; 
-baja la cabeza cuando él le hace una pregunta, y le responde con palabras indistintas y frases no acabadas; 
-gusta de estar largo tiempo en su compañía y no quiere dejar el lugar donde está él; 
-les habla a sus criadas con un tono particular, con la esperanza de atraer su atención, cuando se encuentra él a cierta distancia; 
-mediante cualquier excusa, le hace mirar diferentes cosas y le cuenta fábulas e historias muy lentamente, como para prolongar la conversación; 
-besa y abraza delante de él a un niño sentado sobre sus rodillas;
-dibuja marcas ornamentales sobre la frente de sus sirvientas; 
-ejecuta movimientos vivos y graciosos cuando sus domésticas le hablan alegremente en presencia de su enamorado; 
-se confía a los amigos de su amante, les muestra respeto y deferencia; 
-es buena para sus criados, habla con ellos, les incita a cumplir su deber como si ella fuese su ama, y les escucha atentamente cuando ellos hablan de su amante;
-evita ser vista por el joven cuando no está vestida y adornada;
-le manda, por mediación de una amiga, sus adornos de orejas, su anillo y su guirnalda de flores, cumpliendo el deseo que él puede haberle expresado;
-manifiesta tristeza cuando sus padres le hablan de otro novio, y no se mezcla en la sociedad de personas que toman el partido en pro de este último.
El sabio hindú concluye el capítulo diciendo: “Un hombre que está advertido y se ha dado cuenta de los sentimientos de una doncella respecto a él, y que ha notado los signos y movimientos exteriores por los que se delatan sus sentimientos, debe hacer todo lo posible para unirse con ella. Debe atraer a una jovenzuela con juegos infantiles; a una doncella mayor, con su habilidad en las artes, y a una joven que le ama, recurriendo a las personas que tienen la confianza de ella”.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.