Alcanzar la cima

17 May 2020
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Alcanzar la cima

En la mujer, se denomina anorgasmia a la inhibición recurrente y persistente del orgasmo, manifestada por su retraso o una ausencia después de una fase de excitación sexual normal. Y en una actividad sexual que se estima adecuada en cuanto al tipo, la intensidad y la duración. Algunas personas no han tenido nunca un orgasmo. Otras, luego de sentirlos con frecuencia, dejan de experimentarlos de manera sistemática. Existen quienes pueden alcanzarlo sólo en determinadas situaciones o con ciertos/as compañeros/as.
¿A qué se debe todo esto? Son muchos los factores que pueden favorecer u obstaculizar esta experiencia. Repasemos algunos de ellos.

Alimentación, yoga y más

Un primer aspecto es la alimentación, ni más ni menos. Los bajos alimentos en grasas pueden colaborar a llegar al clímax. La dehidroepiandrosterona (DHEA) –una hormona que estimula el deseo sexual- es más alta cuanto menores son los niveles de grasas. A su vez, los bajos niveles de colesterol también reducen la acumulación de placas grasas en las arterias y facilitan el flujo de sangre a los genitales.
Es un hecho que la meditación y la práctica del yoga, favorecen la relajación del cuerpo y su liberación de tensiones, lo cual también eleva la DHEA. Por el contrario, el estrés provocado por situaciones ajenas al momento del acto sexual puede hacer descender la testosterona, considerada clave en relación al deseo.
Análogamente, hacer deportes y actividad física en general incrementa esta hormona. Además, cuando nos ponemos en movimiento, los vasos sanguíneos se dilatan y aumenta el volumen de sangre en la zona genital y se sensibiliza el tejido vaginal. Son conocidos los ejercicios especiales de musculación pelviana, como el de contracción de los músculos pubococcígeos –los “Kegel”-, que han demostrado elevar la capacidad de alcanzar el clímax.

Ciclos y cigarrillo

Cuando la mujer está dando de mamar suele sentir disminuido su impulso sexual. Esto se vincula en buena medida a un aumento de la prolactina, hormona responsable de la producción de leche. Pero no todo está perdido, porque la oxitocina -que libera la leche materna- estimula la contracción uterina, lo cual es beneficioso desde un punto de vista orgásmico.
Se dice que en la mitad del ciclo la testosterona se dispara y, con ella, el impulso sexual: las mujeres tienden a masturbarse más, a tomar la iniciativa con mayor frecuencia y a llegar con más facilidad al clímax. En los cuatro días posteriores a la ovulación, los estrógenos y la oxitocina aumentan… y también las ganas.
Respecto del período premenstrual, cuando se eleva la progesterona durante la semana anterior a la regla, en algunas mujeres el deseo es casi nulo.
En relación al ciclo del sueño, acostarse más tarde que de costumbre puede afectar la libido al día siguiente y en general el insomnio provoca una acumulación de cortisol –la hormona del estrés- que gravita negativamente en el apetito sexual. 
El tabaquismo no es un buen aliado erótico. De hecho, las mujeres que abandonan este hábito suelen referir una mejora en la calidad y cantidad de sus orgasmos.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.