Erótica mente

09 Ene 2020
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Erótica mente

Con frecuencia las mujeres consultan por estar desganadas para el sexo, con un deseo bajo o casi nulo. Y a continuación el malestar, los problemas de pareja –a las que están con alguien- y el desconcierto. “¿Por qué me pasa esto?”, se preguntan. Más allá de otros muchos factores, a menudo el problema radica en una mente que piensa poco en sexo. ¿Cómo conectarse de repente, a último minuto? Difícil, por no decir imposible.

Erotizar la mente requiere tiempo y energía. Un esfuerzo que, desde luego, puede ser bastante agradable. Sylvia de Béjar, la española experta en sexualidad humana y educación sexual, en su libro “Tu sexo es tuyo”, elabora una lista de propuestas de lo más variadas para activar nuestra libido.

Por empezar, resulta muy beneficioso leer novelas eróticas o con un fuerte componente carnal. Y no hace falta que tengan demasiada calidad literaria: “lo importante es que te pongan a tono y estimulen tu cabeza”, asegura de Béjar. Algunas opciones (hay miles, por supuesto): “Las edades de Lulú”, de Almudena Grandes; “Elogio de la madrastra”, de Mario Vargas Llosa; “Ada o el ardor”, de Vladimir Nabokov; “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”, de Haruki Murakami; “Historia del ojo”, de Georges Bataille; “El amante”, de Marguerite Duras; “Decamerón”, de Giovanni Bocaccio; “El amante de Lady Chatterley”, de D.H. Lawrence. Y hay más: “El cuarteto de Alejandría”, de Lawrence Durrell; “Fanny Hill”, de John Cleveland; “Trópico de Cáncer” o “Trópico de Capricornio”, de Henry Miller o “Miedo de volar”, de Erica Jong. Y por qué no, la saga “Cincuenta sombras…”, de E.L. James.

Yendo más a lo visual, la recomendación es optar por los libros con imágenes, como el Kamasutra ilustrado (hay muchas versiones) o alguna historia de la fotografía erótica. También existen numerosas revistas especializadas y cómics, como la trilogía “Lost Girls”, del matrimonio británico compuesto por Alan Moore y Melinda Gebbie; y “Fresa y chocolate” de la historietista francesa Aurélia Aurita.

Sin llegar a la pornografía, pueden resultar muy estimulantes las películas de tinte erótico. Algunos clásicos: “Belle du jour”, “El imperio de los sentidos”, “Nueve semanas y media”, “La dolce vita”, “Calígula”, “Emmanuelle”, “La secretaria” o “El último tango en París”. Una vez más integran la lista “El amante”, “Las edades de Lulú” y la trilogía “Cincuenta sombras…”, con Jamie Dornan en el papel de Grey.

Triple X

Y si de motorizar el deseo se trata, ¿por qué no darle una oportunidad a las porno? Es cierto que por lo general están hechas pensando en los hombres, por lo que a muchas les pueden disgustar algunas escenas. Pero ojo: también hay material pensado especialmente para nosotras. La directora sueca Erika Lust ha recibido numerosos premios internacionales por sus películas “porno feminista”.

Otra opción es crear el propio material erótico: poner por escrito las propias fantasías. Una actividad que además facilita el autoconocimiento, por lo que puede ser altamente terapéutica. De Béjar insta a las más habilidosas a completar esta producción con dibujos o a sacarse fotos para ilustrar los relatos.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.