Placeres solitarios

18 Ago 2019
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Placeres solitarios

“Masturbarse a solas teniendo pareja suele generar sentimientos de culpa, incluso angustia, y lo normal es hacerlo a escondidas y no confesar el pecado”, sostiene Sylvia de Béjar, la española experta en sexología y educación sexual en su popular libro “Tu sexo es tuyo”. 
Y así es: a pesar de habernos liberado de muchos tabúes y represiones sexuales… respecto de la masturbación de los que están en pareja persiste un halo de condena. ¿Por qué? En primer lugar, por una creencia errónea, prejuiciosa: la vida de a dos supone renunciar a nuestra individualidad sexual. A esto se suma otra falacia: la que sostiene que recurrir a estas prácticas es la prueba de que las cosas no están funcionando bien en la pareja. Así, la autosatisfacción equivaldría a conformarse con un placer de segunda por miedo a enfrentar la realidad. Sin duda, una suerte de “terrible simplificación” -dirían los terapeutas sistémicos- que de forma arbitraria conecta, con razonamientos de tipo todo/nada, cuestiones que no necesariamente están vinculadas.
“Hay momentos en que cada cual desea ocuparse de su propio placer, centrarse en uno mismo, sin molestarse en tener en cuenta los deseos del compañero. Y no hay nada de malo en ello”, asegura de Béjar. Y agrega que, por otra parte, quienes comparten la cama no siempre tienen las mismas necesidades sexuales. Entonces, si uno quiere y el otro no, lo más saludable es aceptar la autosatisfacción como parte del repertorio sexual (en lugar de que uno se quede con las ganas o el otro se sienta obligado a tener relaciones sin desearlo).
La masturbación no tiene nada que ver con el hecho de tener o no compañera/o. Así lo han demostrado muchísimos estudios: si bien es más frecuente en los hombres que en las mujeres, se estima que cerca de un 70% de los que están en pareja la practican. Y esto no guarda una relación con la insatisfacción sexual.
Curiosamente, cuando Kinsey y sus colaboradores preguntaron a veinticuatro parejas heterosexuales si se autoestimulaban a solas… nada menos que el 100% respondió que lo hacía. Lo más sorprendente es que, de los veinticuatro hombres, veintidós no sabían que sus compañeras tenían estas conductas. En cambio, entre las mujeres, sólo una creía que su marido no recurría a los placeres solitarios. 

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.