Cuidar el vínculo

18 Jun 2019
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Cuidar el vínculo

¡Qué frágiles pueden ser las relaciones de pareja! Con cuánta frecuencia vemos personas enamoradas, decididas a comprometerse que, luego de un tiempo, optan por tomar caminos separados. O todo lo contrario: nos parece un misterio que algunas puedan permanecer juntas durante años.
¿Hay recetas, secretos para que un vínculo perdure feliz, grata, armoniosamente? En un sentido, no. “Cada pareja es un mundo”, una frase muy trillada que no deja de ser cierta. Lo que funciona para unos no sería aplicable a otros. Es “un traje hecho a medida”. 
Así y todo no está de más repasar las sugerencias generales que, al respecto, supo dar la famosa escritora, sexóloga y educadora sexual canadiense, Sue Johanson.

Tomar las medidas

“No ignorar al otro” parece algo bastante evidente; sin embargo, no lo es tanto. La actitud fundamental de tener en cuenta a la persona que queremos deriva de ocuparnos en conocerla. Tarea que, en primer lugar, debemos realizar con nosotros mismos. ¿Cómo confeccionar un traje a medida a ciegas? 
Y dado que “las medidas” van cambiando con el tiempo, se impone revisar la relación con regularidad. Practicar una buena comunicación resulta esencial. Algo para lo que no siempre venimos bien entrenados, pero que podemos desarrollar. La recomendación clásica es tomar la costumbre de hablar en primera persona, diciendo, por ejemplo “me siento herida/o”, en lugar de “me estás hiriendo”. Esto rompe la dinámica de ataque y defensa, culpa y rencor que suele instalarse cuando dos personas expresan un malestar que involucra a la pareja. 
Por otra parte, debemos saber y aceptar que toda relación tiene altibajos y no es recomendable negarlos. Por el contrario, lo saludable es sincerarnos cuando estamos preocupados o asustados y hablar –y pedir ayuda, llegado el caso- sobre la mejor manera de superar lo que nos ocurre.

“Las cuatro A”

La sexóloga remarca la importancia de ser considerado y sensible a las necesidades del otro. Cosa que se expresa desde algo tan básico como consultarle antes de tomar una decisión que lo involucre: invitaciones, reuniones familiares, vacaciones, etcétera.
Como han sugerido muchos, mantener una cuota de cortejo y romanticismo es algo que nos hace bien a todos. Expresar sentimientos cálidos, tiernos, amorosos, que le hagan saber al otro que lo consideramos especial. ¿Quién no se beneficia al dar y recibir este trato? Johanson habla de “las cuatro A”: atención, aprobación, aprecio y aceptación.
Las parejas más satisfechas no se sofocan, controlan o manipulan el uno al otro. Y evitan “pegotearse”, de manera que cada uno tenga tiempo y espacio para hacer cosas suyas. Esto supone lograr un equilibrio entre estar juntos y estar separados para mantener la autonomía y la individualidad... sin abandonar el proyecto común. En este punto siempre será positivo alentarse mutuamente a crecer y desarrollarse, mientras cada quien hace lo propio. Una idea amenazadora para algunos, a quienes la posibilidad de un nuevo escenario les genera inseguridad. 
Pero lo queramos o no, todos cambiamos… por suerte. De modo que, si estamos atentos, toda relación está destinada a evolucionar, si fluimos con ella.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.