Amigos íntimos

05 Ago 2018
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Amigos íntimos

John M. Gottman, el popular terapeuta de pareja norteamericano, encabezó durante dieciséis años una ambiciosa investigación sobre la pareja y el divorcio. Fue llevada a cabo en su famoso “laboratorio del amor”, en la Universidad de Washington, en Seattle: un departamento típico, equipado con cámaras y micrófonos –y hasta con monitores Holter para los participantes- donde cientos de parejas pasaron un fin de semana “corriente”, mientras eran observados por el grupo de expertos.

Una de las principales conclusiones a las que llegó el estudio fue que “las parejas felices están basadas en una profunda amistad”. Esto es, sus miembros se conocen íntimamente: los gustos, la personalidad, las esperanzas, las expectativas y sueños del otro. En consecuencia, son considerados entre ellos y expresan su amor no sólo con grandes gestos, sino con pequeños detalles cotidianos.

Piensa bien y acertarás

La amistad constituye una buena garantía a nivel pronóstico porque “ofrece la mejor protección contra los sentimientos negativos hacia la pareja”. Es la llamada “preponderancia de sentimiento positivo”, que significa que los pensamientos positivos que alberga cada uno hacia el otro –y hacia la misma relación de pareja- imperan sobre los negativos.

Cuando predominan estos “buenos” sentimientos, el vínculo no resulta tan frágil como para desequilibrarse y perder su armonía por cosas menores. De hecho, para que esto ocurra, hace falta un conflicto en verdad serio. Lo común en estos vínculos emocionalmente inteligentes es una suerte de optimismo que les motiva a concederse el uno al otro el beneficio de la duda.

Gottman presenta un ejemplo sencillo: la pareja se dispone a ofrecer una comida en su casa. Cuando el marido pregunta: “¿dónde están las servilletas?”, la mujer responde, irritada: “¡en el armario!, ¿dónde van a estar?”. En una relación fundada en una profunda amistad “lo más probable es que él no haga caso del tono de ella y se limite a buscar las servilletas; atribuirá su enojo a un problema sin importancia, que no tiene nada que ver con él” (quizás ella esté intentando, en vano, descorchar una botella de vino). Pero, ¿qué pasaría si estuvieran en crisis, si no tuvieran esa disposición a pensar bien del otro? Lo más seguro es que el marido se sentiría personalmente agredido, se enojaría, gritaría, etc. Pelea asegurada. Luego harían un esfuerzo para mostrarse bien delante de los invitados… pero la noche habría quedado empañada y ambos, un poco más alejados.

Como una dieta

La “predominancia positiva” es similar en cierto modo a la técnica del “peso establecido” para adelgazar, asegura Gottman. Según esta popular teoría, el cuerpo tiene un peso establecido que intenta mantener. Gracias a la homeostasis, ya sea que comamos mucho o poco, nuestro cuerpo tiene una fuerte tendencia a mantenerse en torno a ese peso. Sólo reajustando el metabolismo del organismo -por ejemplo, haciendo ejercicio- lograremos perder peso de forma efectiva con una dieta. La positividad y la negatividad operan en la pareja de una forma similar: "Una vez que la pareja establece cierto grado de positividad, hará falta más negatividad para dañar la relación que si el "nivel establecido" fuera más bajo. Y si la relación se torna abrumadoramente negativa, será más difícil recuperarla".


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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.