Trampas de cama
“Un día me levanté y me encontré en la cama con
un extraño". Muchas veces expresada de manera metafórica, esta afirmación
remite también a una suerte de obsesión cultural, presente en innumerables
mitos y narraciones: la posibilidad de acostarse con alguien creyendo que se
trata de otra persona.
En su libro “La esencia del placer”, Paul Bloom,
profesor de Psicología de la Universidad de Yale, aborda el tema: “Imagínese
que descubre que tenía una idea equivocada sobre la persona con quien acaba de
mantener relaciones sexuales. Tal vez creía usted que él era su marido, pero en
realidad era su hermano gemelo. O tal vez creía que ella era una prostituta,
pero en realidad era su esposa, disfrazada para poner a prueba su fidelidad”.
La confusión o el engaño pueden no limitarse a
la identidad de la persona con quien se ha tenido sexo, sino ir más allá:
pensar que era un hombre cuando en realidad era una mujer -o viceversa-, un
adulto y no un menor de edad, un desconocido y no un pariente (como le ocurrió
a Edipo, quien hasta tuvo hijos con su madre Yocasta).
Todo esto demuestra hasta qué punto son
importantes en la atracción y en el placer sexual las creencias que tenemos
acerca del otro. Bloom señala que no hay género, lugar o período histórico en
que la llamada “trampa de cama” no sea un motivo recurrente.
El término “bed-trick” fue acuñado por los estudiosos de Shakespeare, a quienes les llamaba la atención la frecuencia con que se producía este tipo de incidentes en sus obras.
El truco de Penélope
Una alusión a tales engaños está presente en la
Odisea: cuando Ulises regresa de sus viajes, Penélope lo rechaza porque no está
segura de que se trate realmente de su marido. Él se enoja pero ella insiste.
Le dice que deben dormir en habitaciones separadas y ordena que se lleven el
“tálamo” del dormitorio. Pero Ulises le recuerda que la cama no puede moverse
de donde está, por el modo en que él la construyó. Penélope se alegra entonces
de constatar que ese hombre es en verdad su esposo (en tanto que Ulises se
enfurece con ella por haber desconfiado).
En el cine, un “bed-trick” emblemático aparece
en “El juego de las lágrimas”, película de culto de los noventa, dirigida por
Neil Jordan. Fergus, un miembro del IRA –interpretado por Stephen Rea-
descubre, cuando está a punto de tener relaciones sexuales con la misteriosa y
sensual Dil, que se trata de una transexual. La revelación lo conmociona y
asquea a tal punto que vomita (aunque después no deja de sentirse atraído por
ella).
En el Antiguo Testamento abundan las trampas de
cama. Quizás la más famosa está en el Génesis: es la historia de cuando
Jacob, que se había pasado años trabajando para Labán a cambio del derecho a
casarse con Raquel, se entera de que Labán la ha sustituido por Lea en la noche
de bodas. Un descubrimiento que Jacob recién hace a la mañana siguiente (y es
que la oscuridad está presente en muchos de estos relatos).
Como reconocimiento simbólico de lo ocurrido al
pobre Jacob, en la ceremonia del matrimonio judío el novio le quita el velo de
la cara a la novia… para cerciorarse de que se está casando con la mujer
correcta.