Satisfacción femenina

25 Feb 2018
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Satisfacción femenina

¿Qué quieren las mujeres? La pregunta ha devanado los sesos de muchos a lo largo de la historia. Se dice que Freud fue el primero en formularla seriamente y en intentar responderla valiéndose de la escucha profunda de lo que decían –y no decían- aquellas mujeres que lo consultaban aquejadas de síntomas diversos. Lamentablemente –o por suerte- la cuestión del deseo femenino, a pesar de los esfuerzos del padre del psicoanálisis –y de tantos otros- nunca termina de develarse del todo.

Señales auspiciosas

Para los varones heterosexuales, parte del misterio femenino encuentra su máxima expresión en lo que se refiere a la satisfacción sexual de las mujeres. No ayuda el hecho comprobado de que nosotras, a diferencia de ellos, podemos fingir un orgasmo en forma bastante convincente. Entonces, ¿cómo saber si una mujer está satisfecha?

En su libro “La nueva sexualidad del varón”, León Gindin sugiere prestar atención a algunas señales favorables que emiten las mujeres durante y después de la sesión erótica.

A nivel corporal, “cuando los pezones pasan a estar firmes y erguidos en medio del juego previo es una buena señal”. Más aún si esto viene acompañado de gemidos y un leve rubor sobre la zona superior del pecho. Agrega que, durante el acto sexual, es un indicador positivo una leve agresividad de parte de la mujer.

Besos, caricias y, en general, el deseo de contacto físico después de hacer el amor pueden interpretarse, casi sin margen de error, como una muestra favorable. Lo que no significa que darse vuelta y quedarse dormida deba ser tomado necesariamente como algo negativo. Pero los “mimos” suelen ser siempre auspiciosos.

El sexólogo argentino agrega que la forma de caminar puede revelar más de lo que creemos: “si se levanta para ir al baño y sus piernas tiemblan, podemos quedarnos tranquilos”. No menos importante son las palabras que se dicen después: si ella suena contenta y espontáneamente elogia lo que acaba de ocurrir, casi no es necesario buscar más pruebas.

La mirada, como es de esperar, es otro elemento a tener en cuenta: “si nos mira de manera profunda a los ojos mientras sonríe y nos pasa la mano por el pelo, también podremos calificar el encuentro con un aprobado”. Un “te amo” durante o después del acto sexual es también muy promisorio. “La frase mágica podrá tener una connotación diferente en otros contextos, pero en este caso va dirigida a nuestro desempeño sexual”.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.