Joker: La madurez del cine de súper héroes

04 Oct 2019
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Póster Promocional

Aún faltaban un par de escenas para que termine la película, pero ya me sentía taquicárdico. La piel se me puso de gallina antes del final y me costaba separar al fanático del crítico.  Peor aún, volvía a ser ese amante de los cómics de Batman de la época de Vid y Novaro; tiempos en los que Bruce Wayne era Bruno Díaz y The Joker era “El Guasón”. A pesar de ser la otra cara de la moneda, él es el gran némesis de Batman y a su vez un villano excéntrico y contradictorio. Le decían el payaso príncipe del crimen, pero el dúo dinámico siempre lo derrotaba y sus chistes nunca causaban gracia. Aún así, lograba generar la suficiente fascinación como para pedir a gritos un origen. 

El problema con las historias de orígenes es que no siempre son satisfactorias. Es así como historias de personajes icónicos quedaron a medio camino, por ejemplo, el cómic Wolverine: Origin dejó gusto a poco. Por supuesto, pensar en una película basada en un personaje tan complejo como Joker es saber que hay una gran posibilidad de que las cosas no salgan bien. La carga dramática y su caída exigían ir más allá del género de súper héroes. Romper con la dicotomía del bien contra el mal y ahondarlo desde otra perspectiva como el noir/thriller dramático en la que se “humaniza al monstruo”. Es decir, necesitaba que el género de las películas de súper héroes evolucione, al igual que lo había hecho en su momento el cómic, a la complejidad de la novela gráfica (como sub género).

 Al ver el tráiler, los fanáticos supimos que el guion de Todd Phillips y Scott Silver era arriesgado. Suponía que Joker iba a ser ese punto de inflexión al ser la primera novela gráfica dentro del mundo cinematográfico de los encapuchados y super villanos.  

Una broma asesina 

Nuestro querido villano tiene casi 80 años de historia en los cómics. Por supuesto, esto significa que no tuvo un origen, sino varios que diferían unos de otros hasta que a finales de los ochenta llegó una obra maestra de las novelas gráficas: Killing Joke (La Broma Asesina). Un inspiradísimo Alan Moore – El genio detrás de Watchmen y V de Vendetta – junto al ilustrador de Judge Dredd, Brian Bolland, idearon la que para muchos es la historia definitiva del personaje. Allí, el villano recordaba un origen y nos regaló una frase mítica “Cada vez lo recuerdo de una forma distinta”, de esta forma todos sus orígenes convergían en las infinitas posibilidades que ofrecía la locura del Joker. Iba más allá, adentraba en la persona, su drama humano y el dolor del destino inevitable. El peso de esta obra llega incluso a sentirse levemente en el film de Todd Phillips, cosa que a los fans nos alegró de sobremanera.  

Los cómics maduraron 

Al cómic le tomó décadas de evolución y madurez llegar a obras como Killing Joke o Watchmen dentro de un género tan comercial como el de los súper héroes. Es más, recién en 1978 el género de las novelas gráficas encontró una obra que marcó ese punto de inflexión necesario para que les de identidad propia: Un contrato con Dios de Will Eisner. Una extensión mayor les permitía a los autores ahondar en conflictos mucho más profundos que la eterna lucha del bien contra el mal: Tópicos sociales, dramas humanos, no ficción y otros desde una perspectiva más arriesgada y madura que el de los cómics serializados de 24 páginas. Las novelas gráficas se popularizaron, después de todo, demostraban el alcance del cómic como medio y obviamente expandieron sus tentáculos hasta los icónicos cómics de súper héroes donde terminaron de hacer evolucionar el género, que ya había hecho apuestas arriesgadas como La Muerte de Gwen Stacy o el road comic social Green Lantern / Green Arrow. Marvel cómics aprovechó el nuevo formato para explorar facetas profundas de sus personajes más conocidos, editoriales independientes iban hacia terrenos más arriesgados y en los 80 Dc encontró una identidad más dura, oscura y madura en el género gracias a obras como Green Arrow: Longbow Hunters, Dark Knight Returns y por supuesto, Killing Joke. Los súper héroes dejaban su mundo de fantasía para adentrarse en ambientes urbanos más realistas en los que el aspecto psicológico tomaba protagonismo y no faltaban las críticas al sistema político. 
 

La llegada de las novelas gráficas al cine  

Más allá de su importancia en el mundo de los encapuchados, las novelas gráficas son el medio ideal para los cómics de autor. Además de ser historias auto conclusivas, gracias a la cercanía del lenguaje del cómic al cine facilitan el hecho de adaptarlas. Mejor si ya tienen una base de fans al tratarse de obras de culto como Cuentos de la cripta (¡Sí, está basada en un cómic!)  o Mundo fantasma protagonizado por Scarlett Johanson. No nos olvidemos de esas películas con una importante carga de drama y violencia, que probablemente no sepan que están basadas en cómics: Camino a la perdición, protagonizada por Tom Hanks y Una historia de Violencia de Cronemberg. Incluso clásicos como El Cuervo nacieron en el mundo de las viñetas y se inmortalizaron en el cine. Como pueden ver, la relación entre el noveno y séptimo arte es estrecha, especialmente si se tratan de obras con mucha identidad que se alejan completamente de aquellos imaginarios colectivos relacionados a las historietas. Estas películas distan de ser obras menores y rompen la fórmula con el género más popular, el de los súper héroes. 

Evolución del género 

En la última década, los súper héroes vivieron un nuevo auge de popularidad. El Universo cinematográfico de Marvel sentó sus bases en una serie de fórmulas que crearon una nueva legión de fanáticos. Las películas live action de Dc no tuvieron tanta suerte en taquilla, ni mucho menos en crítica -Exceptuando casos como Wonder Woman o Shazam- y lógicamente, tras tanto abuso de las mismas fórmulas, el género ya comienza a mostrar signos de desgaste. Al igual que los cómics, debía buscar nuevas formas expresivas y superar los parámetros que los mismos fans exigen que se repitan. La respuesta estaba en llevar la complejidad de las novelas gráficas al mundo de los encapuchados. Muy arriesgado, si tenemos en cuenta que gran parte del público que consume este tipo de películas irónicamente no es lector de cómics y mucho menos, de novelas gráficas. En este sentido, Joker supuso un salto arriesgado. Por supuesto, necesitaba ser tan sobresaliente como lo fueron las novelas gráficas en su momento, cosa que Todd Phillips logró. 

La película Joker marca un antes y un después porque es simplemente sobresaliente.

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