Manifiesto sobre la Crítica
En estos días
vi dos películas en el cine, Operación Overlord y Animales fantásticos: Los
crímenes de Grindelwald, ambas excelentes. La primera, experimentos genéticos,
segunda guerra mundial y tensión desbordante. Si no entra en mi top 10 de este
año, va a andar muy cerca (todavía no cerré filas). La segunda, Animales Fantásticos,
estuve tan encantado con esta película que no quería que termine nunca, me
sentí un chico sentado en el borde del asiento todo el tiempo.
Pero ¿qué
paso?, bueno sucedió que Overlod no duró ni una semana en el cine. La verdad no
se puede creer, pero esto es así, no funcionó comercialmente y la tuvieron que
sacar para poner de nuevo Venon. Y sobre Animales Fantásticos me doy con que la
critica la destruye, y como le va bien en la taquilla, sigue en cartelera.
Me tendrán
que perdonar, esta vez no voy a hablar de las películas, quiero hablar de algo
que tengo en la cabeza hace rato. Hace un tiempo dejé de descalificar a la
gente que no coincidía con mi gusto, un mal hábito que tenía, poniéndoles
etiquetas; ahora lo que hago es buscar y charlar tratando de entender el
porqué, ¿que vieron ellos que yo no? Aunque no lo crean es un gran ejercicio,
donde muchas veces quedan dando vueltas mis conceptos de películas.
Cuando uno
habla de una película, no solamente tiene en cuenta la parte técnica, hay un
abanico de posibilidades y situaciones: con quién viste la película, cómo te
fue en el trabajo, si estabas mal predispuesto y no estabas apto para ver la
siguiente injusticia del día. El efecto del cine va cambiando según la persona,
para algunos es para llenar un par de horas antes de ir a cenar, para otros es
todo un ritual, otros buscan que les deje algo y otros solo buscan soñar un
rato. Una vez que entendí esto, las charlas sobre cine se hicieron más placenteras
y llevaderas, y en vez de discutir sobre una apreciación artística, ahora para mí
todo es información valiosa, que veré después cómo utilizarla.
Mis amigos cinéfilos están en total desacuerdo con esto, según ellos hay que tomar una posición y defenderla, sin importar nada. Para ellos no se puede cambiar de opinión, no importa si después nos damos cuenta que estábamos equivocados, menos con la gente que solo es una ocasional del cine, directamente no hay que discutir con ellos y solo pasamos a decir que no saben nada. Realmente, esto pareciera un pensamiento mesiánico, como si viniéramos a dar luz sobre su mal gusto. Bueno, para mí, no es así, y tiene otro significado. No todo el mundo tiene tiempo ni las ganas de ver tanto cine y televisión, pero nosotros sí, lo hacemos todo el día porque nos gusta, y hasta en algunos casos te pagan por ello. Para quienes nos apasiona el cine, no solamente vemos, sino que leemos e investigamos de forma constante.
Creo que nuestra tarea más que nada es allanar el camino y
brindar información sobre qué puede ver la gente, para hacerles descubrir
historias que de otra manera nunca hubieran prestado atención. Por ejemplo,
descubrir y traer a la mesa Safe Harbour, una serie australiana que toca la
problemática actual sobre los refugiados. No significa que tiene que gustar,
pero ya es una opción, alguien ya la conoce, sabe cuál es su temática y ocasionalmente
podrá comentar en alguna red o reunión donde otra persona le fascinará el tema
y la buscará. Justamente, esa es la
idea, compartir, traer propuestas nuevas, que de otra manera nunca hubieran
aparecido. Hacer conocer aquella película polaca sobre hombres lobos Spoor
(2017), o la película marroquí Traitors (2013) sobre la banda de punk Tanger.
Esto es lo que pretendo hacer y dejar de caer en lugares comunes recomendando
alternativas que están al alcance de la mano. De ahora en más voy a tratar de
que mis post de vez en cuando tiren alguna data escondida para que puedan por
lo menos saber que existen otras alternativas y después tomen la decisión si la
ven o no. Claro, que eso sin dudas dependerá qué tan bien la pueda vender o qué
tan interesados estén en la temática.
Bueno, eso,
seguramente mi próximo post será sobre lo que voy a ver en diciembre, prometo
traer algo diferente y fuera del circuito comercial.